Como Monterrey no ten�a catedral, el cabildo eclesi�stico fue establecido en la parroquia. El obispo Verger hab�a escogido sitio para construir la catedral a la falda de la loma de Chepe Vera, en cuya cima hab�a edificado el palacio de Nuestra Se�ora de Guadalupe (obispado), pero muri� sin realizar su prop�sito.
El obispo de Llanos y Vald�s, su sucesor, trajo al arquitecto Juan Crouset y en 1794 empez� a construir una vast�sima catedral neocl�sica al norte de la ciudad. Ten�a la idea de ensanchar Monterrey por aquel rumbo, pero se encontr� con la oposici�n del gobernador y del ayuntamiento. La catedral qued� inconclusa. Mediado el siglo XIX sus ruinas sirvieron de ciudadela y a�n de maestranza. El lugar es conocido a�n con ese nombre: la Ciudadela, en la esquina de las calles de Ju�rez y Tapia.
Mientras tanto, la vieja parroquia continu� sirviendo como catedral. Erigido el curato en 1626, pas� mucho tiempo para que el templo fuese construido. Provisionalmente serv�a de parroquia el convento de San Francisco. El primer cura, Mart�n Abad de Uria, sostuvo un largo pleito con el de Saltillo, a cuya jurisdicci�n espiritual perteneci� Monterrey en sus or�genes. En las declaraciones un testigo dice, en 1639, que la parroquia es "tan solamente unas tapias con un pedazo de jacal"; y otro expresa que es "una enramada que llaman iglesia parroquial, que como est� toda descubierta se ve el altar mayor y el sacerdote desde la plaza".
El ayuntamiento acord� en 1663 construirla y, diez a�os m�s tarde, estaba acabada, techada de teja y empezada la torre. Destruida por un incendio empez� a reconstruirse hacia 1709, utiliz�ndose mientras tanto la capilla de San Francisco Javier, de los jesuitas. En 1742 fue adquirido en M�xico un retablo dorado, de columnas salom�nicas, y hacia 1747 prosegu�a la construcci�n "de siller�a y b�vedas". Al saberse que ser�a instalado all� el cabildo eclesi�stico, se formaron arcos en los muros y se levantaron las capillas laterales, concluidas en 1791. El obispo Belaunzar�n la consagr� como catedral el 4 de junio de 1833, y en 1891 fue concluida la torre, iniciada tres a�os antes por el arzobispo L�pez y Romo.