Vidaurri en su Plan de Monterrey se alzaba contra la dictadura y reconoc�a al nuevo gobierno nacional, pero no dejaba, sin embargo, de constituirse en caudillo de la frontera. Esta situaci�n dio origen a su distanciamiento con el gobierno, que hab�a de proyectarse hasta los d�as de Ju�rez. Vidaurri se convirti� en el m�s severo crítico de Comonfort y su valent�a en este aspecto le dio tal popularidad que lleg� a ser mencionado como probable candidato a la presidencia. Su distanciamiento con el centro se acentu� cuando, con su decreto de 19 de febrero de 1856, anex� el estado de Coahuila al de Nuevo Le�n. Lo hab�a logrado con la anuencia de todos los pueblos coahuilenses, exceptuando Saltillo y Ramos Arizpe, marcadamente conservadores.
Durante ocho a�os, unidas ambas entidades formaron el estado de Nuevo Le�n y Coahuila. El gentilicio de sus habitantes fue el de nuevoleo-coahuilenses. El presidente Comonfort desaprob� la anexi�n y orden� a Vidaurri renunciar y entregar el gobierno, pero no fue obedecido. Entonces se orden� a Juan Jos� de la Garza someterle con las armas. Vidaurri y Zuazua marcharon sobre Tamaulipas, se apoderaron de Camargo el 28 de septiembre de 1856 y consiguieron que la villa de Mier se anexara aunque por breves d�as a Nuevo Le�n. Mientras tanto, las fuerzas tamaulipecas derrotaron a Escobedo en las cercan�as de Cadereyta y avanzaron sobre Monterrey, donde estuvieron a punto de apoderarse de la Ciudadela, que defend�a Zaragoza. Zuazua lleg� oportunamente, el 3 de noviembre, y De la Garza se retir� para incorporarse a la divisi�n del general Rosas Landa, que ven�a por Coahuila tambi�n a someter a Vidaurri.
Iba a ser sostenido otro combate pero Zuazua y los contrarios llegaron a un arreglo, firm�ndose el Convenio de la Cuesta de los Muertos. Por medio de este documento, Vidaurri reconoc�a a Comonfort y llevar�a el asunto de Coahuila al voto popular. El gobierno nacional ofreci�, por su parte, 8 000 pesos mensuales para la campa�a contra los indios; una abrumadora mayor�a de 4 056 contra 260 votos se decidi� por la anexi�n. Llevado m�s tarde el asunto al seno del Congreso Constituyente, provoc� largos debates, pero fue aprobada la uni�n de ambos estados por 60 votos contra 20.