Hubo tambi�n algunos maestros seglares que se dedicaron a ense�ar. Melchor Barrera, vecino del real de las Salinas, desde 1647 alternaba su oficio de escribiente con el de maestro de escuela. Otro maestro fue Vicente de Trevi�o. En 1662 pidi� un solar para poner escuela. El ayuntamiento de Monterrey se lo dio y le pas�, adem�s, doce pesos y medio al a�o "por la puntualidad con que acude a las cosas del culto divino y ense�anza de los ni�os que tiene a su cargo". A fines de este siglo, en 1692, Manuel de Mendoza reun�a tambi�n grupos de ni�os para ense�arlos. Ya en 1741, el obispo de Guadalajara, don Juan G�mez de Parada, estableci� una escuela formal y nombr� como maestro a Mart�n de Arrambide, "encarg�ndole mucho la buena educaci�n de los ni�os".
Por lo que toca a las ni�as, ellas no iban a la escuela. S�lo aprend�an labores dom�sticas al lado de su familia o de alguna mujer dedicada a ello. Hacia 1787, el obispo Verger estableci� una escuela para ni�as pobres. Esta escuela fue atendida por Josefa Ni�o de C�rdoba, quien por m�s de cincuenta a�os se dedic� a ense�ar, hasta su muerte en 1841.