La Rep�blica restaurada: Juan Bustamante, S�stenes Escand�n y Mariano Escobedo


El 1� de julio Ju�rez sali� de San Luis Potos� rumbo a la ciudad de M�xico. La ca�da del imperio no signific� para San Luis el fin o la conciliaci�n entre los distintos grupos de poder ni la cabal definici�n de sus espacios. Exist�a una clara divisi�n de intereses entre los poderes legislativo y ejecutivo, entre los poderes regionales y nacionales e incluso entre los grupos econ�micos que, como se ha visto, sobrellevaron las distintas crisis pol�ticas.

Los gobernadores en turno aplicaron una serie de medidas con objeto de darle cuerpo al proyecto nacional en el del estado. Juan Bustamante encarn� la aplicaci�n de una pol�tica liberal radicalizada en la que pes� notablemente la desamortizaci�n de los bienes del clero y una beligerante estimulaci�n de las fuerzas que a�n se encontraban en pie de guerra. S�stenes Escand�n profundiz� en el razonamiento de la autonom�a y las relaciones regionales y, por su parte, Mariano Escobedo concentr� su r�gimen en la consolidaci�n de antiguos proyectos de productividad, obra p�blica y social en el contexto de una naci�n renovada.

Juan Bustamante inici� su periodo como gobernador constitucional de San Luis Potos� en noviembre de 1867. Se caracteriz� de inmediato por las pesadas cargas fiscales. Quiso favorecer la educaci�n, pero la asignaci�n desmedida de recursos as� como la inconsistencia de su proyecto extenuaron r�pidamente las arcas del ayuntamiento de la ciudad de San Luis. Entre las posibilidades que le brindaba el nuevo espacio republicano, tom� medidas para tratar de subsanar la situaci�n de sus finanzas y de su propio plan educativo: consigui� que el gobierno federal le cediera el ex convento de San Francisco para abrir la antigua calle de Tercera Orden y destin� el valor de los lotes de ambas aceras para el fomento de la instrucci�n secundaria. Restableci� tambi�n el Hospicio de Pobres en el ex convento de San Agust�n y cuando logr� que se le asignara el antiguo Colegio de Ni�as o Beaterio de San Nicol�s, expuls� a las internas, orden� que el templo fuera cerrado al culto, se destruyeran los altares y que se estableciera all� una escuela de m�sica y canto, una de p�rvulos, un departamento de ni�os exp�sitos y una biblioteca.

Por inter�s personal, introdujo a los protestantes en San Luis Potos� y no disimul� su indisposici�n hacia los ministros del culto cat�lico. Determin� que las Hermanas de la Caridad abandonaran su traje particular y en agosto de 1867 orden� —con pocos resultados— que la junta inspectora de escuelas convocara un concurso para la formaci�n de un peque�o tratado de moral, en sustituci�n del catecismo cat�lico cuya ense�anza hab�a prohibido.

Acusado de realizar gastos fuera del presupuesto y de invadir las funciones del poder legislativo, el propio Bustamante solicit� licencia para que se le separara de su cargo. Su solicitud fue aprobada por el Congreso, en julio de 1868, y el diputado Carlos Tovar ocup� interinamente la gubernatura. Bustamante, insatisfecho, organiz� una rebeli�n que deb�a de estallar en Charcas. La Legislatura le abri� proceso por delito de conspiraci�n y fue aprehendido a fines de junio de 1869. El juez que segu�a su caso se declar� incompetente para procesarlo y lo dej� en libertad para que se refugiara en su hacienda de El Salado. A mediados de julio, en Ahualulco, se pronunciaron sus amigos Mateo Regil y Te�filo Amaya. A principios de agosto se levant� el coronel Guillermo Vasqueti en Rioverde e invadi� los partidos de Ciudad Valles y Tancanhuitz. A �l se unieron Ventura Herver de Tamazunchale, Juan Jos� Terrazas de Axtla, Jes�s Martell, Manuel Medell�n y Jos� Mar�a Villase�or de Tancanhuitz y de Valles, pero estos grupos fueron derrotados y dispersados. Bustamante se refugi� en Saltillo y el 2 de octubre envi� al Congreso de San Luis una carta en la que renunciaba formalmente al cargo de gobernador constitucional. El gobernador Tovar continu� en el desempe�o del cargo pero paulatinamente se distanci� de las decisiones que tomaba el Congreso del estado, por lo que renunci� a la gubernatura, por segunda vez, cuando la Legislatura convoc� a elecciones para remplazar a Bustamante. En su lugar, Juan Barrag�n tom� posesi�n de la gubernatura a fines de octubre de 1869.

La convocatoria para nuevas elecciones as� como sus resultados expresaron con sus tensiones naturales, la tendencia a situar de nueva cuenta en el escenario pol�tico a personajes regiones: Francisco Antonio Aguirre, Francisco Bustamante, Carlos Tovar, Miguel Mar�a Esparza y S�stenes Escand�n. Destacaba de entre ellos la figura de Escand�n, quien ya hab�a sido gobernador y que representaba la propuesta de un gobierno aut�nomo cuyas bases de apoyo se encontraban en la regi�n de Rioverde.

Antes de que el Congreso pudiera hacer el c�mputo electoral, Barrag�n renunci� al cargo, por lo que se design� gobernador sustituto, precisamente, a S�stenes Escand�n. Mientras tanto, el coronel Jorge Garc�a Granados al frente de 50 hombres armados, aprehendi� a los diputados en sesi�n y al ex gobernador Barrag�n con apoyo del jefe de armas del estado Evaristo D�valos. Francisco Antonio Aguirre asumi� entonces el mando pol�tico y militar del estado. Aguirre pretend�a el desconocimiento de los poderes locales, pero esta asonada local sirvi� para abrevar, el 24 de diciembre de 1869, la sublevaci�n del jefe de la guarnici�n federal, Pedro Mart�nez, quien desconoci� al presidente Ju�rez y condicion� al Congreso y a la Suprema Corte de Justicia.

Los diputados desde su prisi�n enviaron a S�stenes Escand�n, residente en Rioverde, su nombramiento como gobernador interino sin embargo, el peso de las armas segu�a siendo mayor que el de las instituciones de gobierno, que pr�cticamente se encontraban canceladas. Los pronunciamientos se hab�an extendido a los pueblos de Santa Mar�a del R�o, Villa de Reyes, Matehuala, Ahualulco y Catorce. Escand�n contaba con escasos recursos militares para defender su gobierno; no obstante, situado en una regi�n que abrigaba las principales fuerzas econ�micas del estado, logr�, a diferencia del depuesto gobernador Bustamente, una importante recaudaci�n fiscal que le permiti� sostener, si bien con limitaciones, su posici�n. La legitimidad de su r�gimen era as� reconocida en la regi�n Media, en tanto que en el Altiplano se debat�a en las escaramuzas de Bustamante y los pronunciamientos de Aguirre.

El general Mariano Escobedo se traslad� entonces a San Luis Potos� y entr� en la capital, evacuada por Aguirre el 14 de febrero de 1870. Con el apoyo de las fuerzas federales logr� restablecer el orden en el estado, aunque ciertamente continuaron los levantamientos en algunas poblaciones como Venado, Matehuala, Cedral, Tancanhuitz, Tamazunchale, Valles y Valle del Ma�z. El gobernador Escand�n renunci� a su cargo, pero la renuncia fue admitida hasta el 2 de agosto cuando se nombr� gobernador sustituto a Miguel Mar�a Esparza y se convocaban nuevas elecciones.

Las elecciones de 1870 llevaron al general Mariano Escobedo a la gubernatura del estado. Escobedo conoc�a bien las esferas del poder econ�mico y pol�tico regional, ya que en 1861 hab�a estado al mando de una brigada liberal e incluso, como ya vimos, hab�a permanecido cuatro meses prisionero en la Sierra Gorda. Estos v�nculos le permitieron como gobernador llevar a cabo su gesti�n p�blica por encima de sus constantes entradas y salidas del cargo, mismas que respond�an sobre todo a la estrategia de evadir un compromiso directo con las fuerzas antijuaristas.

Durante su periodo se mejoraron los caminos, en particular el de San Luis Potos� a las adjuntas del r�o de Valles. La junta directiva para la construcci�n de este camino estuvo compuesta por un grupo de importantes y acaudalados potosinos, liberales moderados como Paulo Ver�stegui, Ram�n Adame, S�stenes Escand�n, Hilario Manrique de Lara y Jos� Encarnaci�n Ipi�a, todos ellos due�os de extensas propiedades en la regi�n que deb�a atravesar el camino. Se retom� el antiguo y acariciado proyecto de una v�a de comunicaci�n de San Luis Potos� a Tampico por Valle del Ma�z, en la que se combinar�an las v�as terrestre y fluvial. Las perspectivas de crecimiento comercial eran muy prometedoras tanto para Tampico como para San Luis Potos�. En breve, San Luis Potos� abasteci� a Guanajuato, Guadalajara, Zacatecas, Chihuahua, Monterrey, Coahuila, Tamaulipas, Quer�taro y M�xico.

Otras obras p�blicas del r�gimen fueron la reconstrucci�n del puente de Santa Mar�a del R�o, el reacondicionamiento de la c�rcel de la ciudad de San Luis Potos�, el abasto de agua y el empe�o en la salubridad p�blica al regular el cuidado de los cementerios, zanjas, tener�as, casas de matanza, ca�er�as, hospitales, cuarteles, mesones y corrales de posadas.

En febrero de 1871, el general Mariano Escobedo hizo una visita a los partidos del oriente del estado: Ciudad del Ma�z, Valles —donde organiz� la junta de instrucci�n p�blica— Tancanhuitz, Tanqui�n y Tamazunchale.

En la Memoria de su gobierno, Escobedo incluye la descripci�n que Juan de Dios Zenteno, enviado a la Huasteca en 1874, hiciera de la regi�n: "El principal movimiento mercantil lo originan la exportaci�n de ganado vacuno gordo, para el interior del pa�s, y la del caf�, arroz y maderas al puerto de Tampico, en donde los comerciantes cambian sus mercanc�as por abarrotes y sal, que a su vez cambian con los traficantes de la sierra por frutos de tierra fr�a". En la misma Memoria se�al� que "el partido de Tamazunchale hace su tr�fico mercantil con el puerto de Tampico, embarcando sus productos en canoas [...] cargando en ellas piloncillo, zarzaparrilla, jab�n, manteca, cueros de res, frutas y cerdos gordos; y de regreso conducen sal campechana y de Altamira, ropa y abarrotes, las canoas y chalanas fletan de 150 a 200 arrobas, dirigidas por un patr�n y un piloto, durando en sus viajes de 10 a 12 d�as".

Se estableci� en San Luis una loter�a con objeto de instituir talleres para beneficio de los integrantes del Hospicio de Pobres, que se hab�a fundado en noviembre de 1852, y una escuela en la penitenciar�a con talleres de tejido en telar, carpinter�a, zapater�a, sastrer�a y herrer�a. La educaci�n en el gobierno de Escobedo recibi� un gran apoyo que se reflej� en las c�tedras del Instituto Cient�fico y Literario, la apertura del Liceo de Educaci�n Secundaria en Tancanhuitz que cubrir�a la demanda de la juventud de los tres partidos de la huasteca; la regularizaci�n de las 24 escuelas p�blicas gratuitas de la ciudad de San Luis Potos� y de la Escuela Normal.

La inauguraci�n del ferrocarril de M�xico a Veracruz en enero de 1873 afect� profundamente el comercio establecido entre Tampico y San Luis Potos�. Mariano Escobedo lo se�ala en el documento citado: "Desde entonces el tr�fico mercantil ha deca�do en San Luis, que era una de las plazas m�s importantes, por la sencilla raz�n de no poder ya competir el puerto de Tampico con el de Veracruz, y por consecuencia, ni esta plaza con las de M�xico y del segundo de los puertos mencionados".

Desde mayo de 1871 estallaron levantamientos en contra de la reelecci�n de Ju�rez: en Tampico, el encabezado por el general M�ximo Molina; el general Jer�nimo Trevi�o se sublev� en Monterrey a fines de septiembre; en la ciudad de M�xico hubo otra rebeli�n a principios de octubre; el general Donato Guerra se alz� en Zacatecas en el mismo mes de octubre y en noviembre el general Porfirio D�az proclam� el Plan de la Noria.

El general Mariano Escobedo fue reelecto gobernador del estado para el siguiente periodo, pero a los pocos d�as pidi� al Congreso una licencia indefinida, por lo que el general Jes�s D�az de Le�n ocup� la gubernatura hasta el 24 de diciembre de 1871 cuando el general Di�doro Corella lleg� a la ciudad. Con el argumento de la amenaza que representaban para San Luis Potos� los sublevados de Nuevo Le�n, Corella lo declar� en estado de sitio y desterr� al general Escobedo y a los diputados Pascual M. Hern�ndez y Manuel Muro. El gobernador sustituto D�az de Le�n y el Congreso protestaron en�rgicamente contra ello pero sus protestas fueron in�tiles ya que, en efecto, hab�a grupos rebeldes al gobierno en Cedral, Matehuala, Charcas, Catorce y Venado. Corella march� a combatir hacia el norte y el general Miguel Eguiluz asumi� el mando pol�tico y militar del estado. El 30 de junio de 1872 defendi� la plaza en una batalla contra los sublevados que ven�an del norte.

Con la muerte de Benito Ju�rez concluy� la revoluci�n que acaudill� el general Porfirio D�az bajo el Plan de la Noria y Sebasti�n Lerdo de Tejada asumi� la presidencia de la rep�blica, en agosto de 1872.

El general Mariano Escobedo, la diputaci�n y el Supremo Tribunal de Justicia volvieron a ocupar sus lugares en el gobierno del estado. Escobedo pidi� licencia y Pascual M. Hern�ndez inici� su gesti�n el 22 de junio de 1874. Continu� con las obras del camino de San Luis a Rioverde que, adem�s de beneficiar econ�micamente a la regi�n, ayudar�a a pacificarla definitivamente. En su r�gimen, se reformaron el Palacio de Gobierno, la fachada y claustro del Instituto Cient�fico y Literario y se dio particular impulso a la educaci�n.

El historiador Rafael Montejano y Agui�aga registra 13 periodos constitucionales de gobierno a partir de 1827-1831 y hasta 1875-1879, por los que transitaron alrededor de 120 mandatarios en calidad de gobernadores constitucionales, provisionales, interinos, encargados de despacho y jefes militares. Esta situaci�n se modific� dr�sticamente desde el inicio del gobierno de Porfirio D�az hasta el estallido de la Revoluci�n mexicana.

El llamado periodo de la Rep�blica restaurada en San Luis Potos� prepar� el retorno, en el �mbito regional, del dominio pol�tico de los grupos econ�micos fuertes asentados en la Regi�n Media, principalmente en las ciudades de Rioverde y Ciudad del Ma�z. Carlos Diez Guti�rrez se convertir�a entonces en la cabeza de estos grupos cuando, al sumarse al Plan de Tuxtepec de Porfirio D�az, estableci� s�lidas alianzas entre la regi�n y el nuevo poder nacional.


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