Al calor de las ideas maderistas se formaron asociaciones pol�ticas como el Club Democr�tico Potosino, el Centro Electoral Antirreyista y el Centro Antirreeleccionista Potosino; a ellas se incorporaron abogados, maestros, empleados y artesanos.
El 4 de junio de 1910 Madero lleg� por segunda vez a San Luis en su campa�a electoral. El intelectual potosino Jes�s Silva Herzog, en sus memorias tituladas Una vida en la vida de M�xico, atestigua:
Al llegar el tren Vitoreamos al se�or Madero. Sali� a la plataforma del
pullman para dirigirnos la palabra; pero antes de que lo hiciera un individuo
ya viejo alz� la voz y le dijo al candidato que por qu� andaba agitando
al pueblo; que si tanto le interesaba su suerte por qu� no repart�a sus
haciendas. Siseamos al tipo aqu�l y unos cuantos chiflidos. [...] El candidato
comenz� a hablarnos. Ten�a facilidad de palabra y una voz delgaducha que
sab�a manejar y tender un hilo de emoci�n entre �l y su auditorio. Se dirigi�
al intruso dici�ndole: "El pueblo no pide pan, pide libertad". La frase
son� bien y lo aplaudimos [...]
Don Francisco I. Madero y el licenciado Roque Estrada [que lo acompa�aba]
fueron aprehendidos [despu�s] en Monterrey a petici�n del juez de distrito
de San Luis, acusados de incitar a la rebeli�n. Ya en esta ciudad fueron
internados en la penitenciar�a del estado, donde permanecieron presos mes
y medio. Obtuvieron su libertad bajo fianza y con la ciudad por c�rcel.
[...] Varias veces vi al se�or Madero paseando por la Alameda [...] acompa�ado
por Roque Estrada, Rafael Cepeda y el estudiante de derecho Pedro Antonio
de los Santos [...] Madero era de baja estatura, probablemente de 1.55,
barba cerrada y ojos vivaces.
Desde la llegada de Madero a la prisi�n, el doctor Rafael Cepeda se hizo cargo de los preparativos para una insurrecci�n; de la misma manera, Pedro Antonio de los Santos iniciaba el movimiento en la Huasteca potosina.
Porfirio D�az hab�a declarado en la famosa e ineludible entrevista D�az-Creelman: "He esperado con paciencia el d�a en que la rep�blica de M�xico est� preparada para escoger y cambiar sus gobernantes en cada periodo sin peligro de guerras, ni da�o al cr�dito y al progreso nacionales. Creo que ese d�a ha llegado". No obstante, llegado efectivamente el momento e iniciada ya la campa�a antirreeleccionista, el gobierno de D�az utiliz� todos sus recursos para impedir unas elecciones democr�ticas. A partir de entonces Madero y sus simpatizantes radicalizaron sus posturas que llevar�an al levantamiento armado.
El 12 de julio pas� por San Luis rumbo a Europa, v�a Nueva York, el ministro de hacienda Jos� Limantour. Acudieron a la estaci�n el gobernador Espinosa y Cuevas y Francisco Madero, padre. El ministro les aconsej� que los prisioneros solicitaran libertad caucional, con la seguridad de que se les conceder�a sin dificultad alguna. Presentada la petici�n y corridos los tr�mites del caso, mediante dep�sito de 10 000 pesos en la sucursal del Banco Nacional de M�xico, pagados por Pedro Barrenechea, rico industrial potosino y socio de Madero en la negociaci�n minera de Santa Mar�a de la Paz en Matehuala, otorg� el juez la libertad del se�or Madero y, por otra suma, la del se�or Estrada. El d�a 22 de julio pasaron a habitar un departamento del edificio llamado Palacio Monumental.
Es posible que esta negociaci�n, con la participaci�n de hombres relevantes del r�gimen, fuera una maniobra pol�tica para ofrecer una salida al conflicto. De alguna manera, preparaba las condiciones para que Madero abandonara el pa�s y que as�, con la distancia y el tiempo, los acontecimientos tomaran otro rumbo.
El 4 de octubre se promulg� el decreto que declaraba presidente y vicepresidente electos a Porfirio D�az y a Ram�n Corral. Unas semanas antes, en el mes de septiembre, los antirreeleccionistas, que hab�an previsto estos resultados, preparaban la insurrecci�n. Para el doctor Cepeda en San Luis Potos� y Gustavo Madero en M�xico el levantamiento debi� de hacerse el 15 de septiembre, pero Francisco I. Madero lo juzg� inoportuno por la visita de las representaciones extranjeras en los festejos del centenario. En Tancanhuitz las autoridades recibieron una denuncia del proyecto de insurrecci�n. Ponciano Navarro, con un ej�rcito de 700 hombres, tuvo que disolver sus fuerzas. Gustavo Madero fue aprehendido en la ciudad de M�xico y a los pocos d�as recobr� la libertad.
A principios de octubre lleg� Francisco Coss�o Robelo con un recado de Gustavo Madero para su hermano Francisco, en el que le se�alaba la urgencia de abandonar la ciudad de San Luis. Madero, con ayuda de Julio Pe�a, tom� el tren en la estaci�n de Pe�asco la ma�ana del 6 de octubre; lleg� a Laredo el 7 por la ma�ana y de ah� pas� a San Antonio, Texas, en donde le dieron alcance Roque Estrada y el doctor Cepeda. Madero y sus allegados hab�an preparado los t�rminos del llamado Plan de San Luis durante su estancia en la capital potosina. Su redacci�n definitiva se concluy� en San Antonio, y fue fechado el 5 de octubre de 1910 y situado en la ciudad de San Luis.
El gobierno actual, aunque tiene por origen la violencia y el fraude, desde el momento que ha sido tolerado por el pueblo, puede tener para las naciones extranjeras ciertos t�tulos de legalidad, hasta el 30 del mes entrante, en que expiran sus poderes; pero como es necesario que el nuevo gobierno, dimanado del �ltimo fraude, no pueda recibirse ya del poder, o por lo menos se encuentre con la mayor parte de la naci�n protestando con las armas en la mano, contra esa usurpaci�n, he designado la noche del domingo 20 del entrante noviembre, para que de las seis de la tarde en adelante, todas las poblaciones de la rep�blica se levanten en armas.
El 20 de noviembre de 1910, cuando deb�a estallar la revoluci�n maderista, San Luis Potos� estaba en paz, a pesar de que Cepeda y De los Santos, al frente de unos 200 hombres se encontraban en los l�mites de Coahuila tratando en vano de avanzar hacia la capital potosina. La polic�a comenz� a aprehender a posibles simpatizantes, casi todos ellos miembros de los sectores medios de la poblaci�n.
En los primeros meses de 1911 empezaron a surgir a lo largo y ancho del estado grupos de insurrectos, de los que la mayor parte se concentr� en la Huasteca, regi�n en donde Pedro Antonio de los Santos hab�a realizado un intenso trabajo pol�tico. Las autoridades iniciaron una campa�a de represi�n contra los diversos grupos que hab�an tomado las armas y que representaban diferentes intereses no del todo articulados a la propuesta maderista. En febrero de 1911, por ejemplo, El�as Fortuna form� la hermandad de Atotonilco con el fin de levantarse en la hacienda de Corcovada perteneciente a Villa Hidalgo y pasar despu�s a Rioverde. Pretend�a cambiar el gobierno y defender la religi�n; adem�s, afirmaba que a los ricos les quitar�a sus pertenencias para repartirlas entre los campesinos. En ese mismo mes, Cipriano Olivares, mec�nico ferrocarrilero, originario de Cedral y vecino de Estaci�n Vanegas, cay� preso en Matehuala acusado de capitanear un grupo de 50 hombres y de traficar con armas y municiones. En marzo, los disturbios cerca de Valles provocaron la destituci�n del jefe pol�tico y desencadenaron la represi�n violenta y la detenci�n de los simpatizantes maderistas. A principios de abril, Manuel L�rraga, Franasco Oyarvide y F�lix L�rraga se levantaron en armas en el rancho de San Jos� del Tinto, jurisdicci�n de Tanlaj�s.
A fines de abril de 1911, mientras el gobierno de D�az y las fuerzas revolucionarias al mando de Madero trataban de concertar los t�rminos de la paz, el territorio potosino estaba lejos de mantener una situaci�n estable. Dos grupos independientes y bien organizados confiscaron bienes en las haciendas de Illescas y El Salado, dos de las haciendas m�s grandes del norte potosino. El descontento continu� su expansi�n y hubo un levantamiento en San Ciro, organizado por Miguel Acosta y Pedro Montoya, quienes de ah� se dirigieron a tomar Lagunillas, asaltaron las haciendas de San Isidro, San Rafael, La Sanguijuela, Guayabos y San Vicente, de donde tomaron provisiones y recursos para continuar su marcha a Xilitla. Unidos a las fuerzas de Samuel Santos y Jes�s Terrazas, tomaron en mayo de ese a�o Tamazunchale y Tampamol�n.
Hab�a tambi�n otros grupos independientes. Algunos eran bandoleros, otros eran gente de los pueblos que se un�a a la rebeli�n para recuperar las tierras que hab�an pertenecido a sus comunidades.
En el norte potosino surgi� otro grupo armado, de extracci�n popular, encabezado por Nicol�s Torres, antiguo pe�n del rancho de Potreritos, cercano a Salinas. Se levantaron en armas a mediados de abril en las inmediaciones de San Luis y Zacatecas. El grupo creci� r�pidamente hasta llegar a los 200 o 300 hombres y alcanz� cierta organizaci�n formal cuando asumi� la direcci�n intelectual del grupo Jos� Mac�as, que hab�a sido telegrafista. A principios de mayo establecieron su cuartel general en la hacienda de Illescas. El 11 de mayo de 1911, el grupo asalt� el carro correo del tren entre San Luis Potos� y Aguascalientes y se lo llevaron a Salinas. En poco tiempo lograron dominar el oeste potosino; sin embargo, los antirreeleccionistas no le reconocieron ninguna autoridad y Madero entreg� el mando a algunos hacendados potosinos que comenzaban a participar en la lucha armada, entre los que se contaba Jos� P�rez Castro, yerno de uno de los D�ez Guti�rrez.
En las serran�as que unen a San Luis Potos� con Tamaulipas apareci� el Ej�rcito Libertador de Tamaulipas, al mando de Alberto Carrera Torres. Mientras tanto, en el norte del pa�s Orozco y Villa tomaron Ciudad Ju�rez a principios de mayo. El d�a 21 se firm� el Convenio de Ciudad Ju�rez entre Francisco S. Carbajal, Francisco V�zquez G�mez, Francisco I. Madero y Jos� Mar�a Pino Su�rez, por el que se acordaba la renuncia de D�az y Corral as� como la suspensi�n de las hostilidades.
Durante el movimiento maderista, la efervescencia campesina creci� en todo el estado. El clima fue propicio para el surgimiento de peque�as bandas armadas, muchas veces de corta vida y frecuentemente apoyadas por la poblaci�n rural.
Desde la Huasteca hasta el Altiplano, los problemas ancestrales derivados de la tenencia de la tierra fueron un factor b�sico en la rebeli�n: los ind�genas de Huicham�n encabezados por Ponciano Navarro, los que combat�an con Policarpo S�nchez, con R�mulo Quesada, con Alberto Carrera Torres y con los hermanos Cedillo, se movilizaron en torno a este conflicto.
En el Altiplano de San Luis Potos� el levantamiento fue principalmente obra de los l�deres antirreeleccionistas coahuilenses, sobre todo del doctor Cepeda, quien logr� una organizaci�n relativamente eficiente y que contaba con fondos y pertrechos.
El Primer Regimiento del Ej�rcito Libertador de Coahuila que opero en San Luis Potos� estaba al mando de Ildefonso P�rez. Sus militares m�s destacados fueron Gertrudis S�nchez, Ernesto Santos Coy, Andr�s Saucedo, Guadalupe D�vila, Francisco Coss y los hermanos Luis y Eulalio Guti�rrez. En poco tiempo, Cepeda y P�rez lograron formar un cuerpo militar disciplinado. En mayo de 1911 lograron su mayor triunfo al forzar la renuncia de las autoridades de Matehuala que, despu�s de la capital, era la ciudad m�s importante del estado.
Sin embargo, en v�speras de la ca�da de D�az la fuerza militar m�s importante la constitu�an las tropas de C�ndido Navarro que, desde principios de mayo, llegaron al estado de San Luis provenientes de Guanajuato. El 26 de mayo entraron a la ciudad de San Luis Potos� y el gobernador interino, Jos� Encarnaci�n Ipi�a, tuvo que ofrecerles dinero de sus propios recursos para evitar el saqueo.
El 21 de mayo, con la renuncia del presidente D�az y la convocatoria a nuevas elecciones generales, un nutrido n�mero de campesinos y ferrocarrileros se alist� en las fuerzas de C�ndido Navarro, acantonadas en la ciudad de San Luis.
El 26 de mayo, Francisco Le�n de la Barra ocup� interinamente la presidencia de la rep�blica. Francisco I. Madero entr� triunfante a la ciudad de M�xico el 7 de junio de 1911 y, tras las elecciones de octubre, ocup� la presidencia el 6 de noviembre, mientras la vicepresidencia recay� en Jos� Mar�a Pino Su�rez. Durante el r�gimen de Madero, Rafael Cepeda fue nombrado gobernador constitucional del estado de San Luis Potos�, a partir de septiembre de 1911.
Con estos hechos concluye propiamente la revoluci�n maderista. Se iniciar�a, entonces, una gesti�n gubernamental limitada en la que los procesos de insurrecci�n se desencadenaron de manera incontenible. El gobierno de Madero se debilit� en poco tiempo bajo la presi�n de quienes descartaban, mayoritariamente, la posibilidad de un nuevo orden sustentado en las viejas estructuras; sin embargo, el factor determinante fue la aparici�n de n�cleos regionales que, liberados de la atracci�n del centro de poder que significaba D�az, desplazaron sus propias fuerzas y establecieron sus demandas hist�ricas e inmediatas.