Rebeli�n de los Ind�genas


Al mismo tiempo que se llevaba a cabo la guerra entre las facciones villista y carrancista, ocurri� en el norte de Sinaloa la �ltima rebeli�n ind�gena que registran las cr�nicas locales. Este hecho tuvo m�s relaci�n con las luchas sociales de mayos y yaquis del siglo XIX que con las diferencias pol�ticas que se ventilaban entre Villa y Carranza. Entre abril y noviembre de 1915 los indios mayos del R�o Fuerte aterrorizaron a la poblaci�n blanca y mestiza del bajo valle del mismo r�o. Los indios realizaron incursiones en las poblaciones para saquear, violar y matar a los yoris. La sa�a de estos hechos mostraba el desbordamiento de antiguos y profundos rencores.

De los indios sublevados en San Blas en octubre del a�o anterior, algunos volvieron al R�o Fuerte para enardecer los �nimos en contra de la poblaci�n blanca y mestiza. El caudillo fue Felipe Bachomo, joven militar ind�gena originario de La Palma. Las razones para la sublevaci�n se acumulaban desde siglos atr�s, y no eran otras que el continuo despojo de tierras que sus comunidades sufr�an por parte de los yoris. Los mayos se hab�an sumado a la causa revolucionaria desde 1910, con la promesa de que les restituir�an sus tierras, pero nada se hab�a hecho al respecto despu�s de cinco a�os de lucha por los intereses de los blancos. La coyuntura de 1915 les ofreci� la oportunidad para que lucharan por sus propios intereses.

Los ind�genas rebeldes se aliaron con los villistas que, si bien en Sonora todav�a ten�an fuerza militar, las derrotas sufridas en otros lugares hac�an ver que ser�an el bando perdedor. Tal vez las ideas agraristas que secundaba Villa hayan influido para que los indios se le sumaran y no a Carranza, quien, a pesar de que expidi� la Ley Agraria del 6 de enero de 1915, ofrec�a menores posibilidades de atender las demandas de los campesinos. Bachomo puso su cuartel general en Jahuara, poblado ind�gena en las m�rgenes del R�o Fuerte, y desde all� lanz� incursiones sobre las poblaciones del valle sin encontrar mayor resistencia que la de los propios vecinos, pues el gobierno no se decid�a a distraer las fuerzas regulares que combat�an contra los villistas. Pero a principios de noviembre de 1915, una columna de 2 000 soldados —restos del ej�rcito villista— penetr� en el valle del R�o Fuerte, procedente de Chihuahua. A la cabeza de estas fuerzas ven�a el general Juan M. Banderas, con Orestes Pereyra y otros destacados jefes; y a este contingente se sum� Felipe Bachomo.

El general Mateo Mu�oz organiz� la contraofensiva y derrot� a los villistas en las goteras de El Fuerte (5 a 7 de noviembre). Los vencidos se replegaron a los territorios controlados por Bachomo en la parte baja del valle y, el 19 de noviembre, realizaron la �ltima incursi�n contra Los Mochis. Los carrancistas decidieron lanzar una campa�a formal contra ind�genas y villistas, que fue confiada al general Mateo Mu�oz y al coronel Jos� Gonzalo Escobar. La campa�a fue r�pida y efectiva (23 a 25 de noviembre); los indios fueron derrotados en sus propios terrenos y obligados a huir en desbandada con rumbo a Sonora. Perseguidos, Banderas y Bachomo fueron capturados en Movas el 5 de diciembre de 1915 y enviados a la ciudad de M�xico para ser juzgados. Banderas fue amnistiado y Bachomo trasladado a Culiac�n para comparecer ante un consejo de guerra que lo sentenci� a la pena capital. Fue ejecutado en Los Mochis el martes 25 de octubre de 1916.

La rebeli�n de los indios mayos, que algunos historiadores confunden con un episodio m�s de la lucha contra el villismo, fue en realidad la manifestaci�n de los problemas sociales del campesinado sinaloense, que ven�an de muchos a�os, se agudizaron durante la era de Ca�edo y no fueron atendidos de inmediato por los revolucionarios. Habr�a que esperar hasta los tiempos de L�zaro C�rdenas para que los reclamos de los indios recibieran atenci�n.


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