La sierra sinaloense


Hay una Sinaloa marginada del progreso que no recibi� los beneficios de los cambios que hemos rese�ado: la zona serrana de nuestro estado.

La regi�n de los altos comprende los municipios de Choix, El Fuerte, Sinaloa, Mocorito, Badiraguato, Cosal� y parte de Culiac�n, de Elota y de San Ignacio. En esta �rea se localiza la mitad de las tierras ejidales y 40% de la poblaci�n del estado. La principal actividad econ�mica es la agricultura de temporal y los cultivos m�s extendidos son el ma�z y el sorgo.

En la d�cada de los a�os setenta el gobierno del presidente Luis Echeverr�a empez� a ocuparse de esta abandonada regi�n de Sinaloa. Se intensific� el reparto agrario, aunque no se logr� la organizaci�n del ejido colectivo, sino aquella forma en que cada ejidatario organiza su trabajo de manera individual. Se impuls� la formaci�n de n�cleos ejidales de poblaci�n, con escuelas, cl�nicas, energ�a el�ctrica y otros servicios. Se promovi� tambi�n la mecanizaci�n de las labores agr�colas en donde el terreno lo permit�a; se procedi� a desmontar campos, a desempedrarlos, destroncarlos y nivelarlos para que se pudiera usar la maquinaria agr�cola, de modo que el empleo del tractor se ha extendido entre estos campesinos. Esto se ha llevado a cabo con financiamiento de diversas instituciones del gobierno federal, las cuales, adem�s de prestar ayuda a los campesinos, sirven tambi�n como instrumentos para el control pol�tico de las comunidades serranas.

Cada a�o, en los meses de oto�o e invierno, muchos de los campesinos de los altos emigran a la planicie para contratarse como trabajadores de los horticultores; luego regresan a sus tierras para atender a la siembra y cosecha de temporal. Estos migrantes se desplazan por la necesidad de lograr otro ingreso que les ayude a paliar la penuria de la vida campesina. Algunos de estos migrantes llevan a la familia y todos sus miembros trabajan con los horticultores; otros hombres se desplazan solos, lo que causa desintegraci�n familiar en la sierra.

Las tierras altas donde anta�o floreci� la miner�a hoy se mencionan como el lugar donde se producen estupefacientes para el mercado internacional de narc�ticos. Este fen�meno no se origin� en nuestro estado, sino que vino por influencia del mercado estadunidense, pues en este pa�s se concentra el mayor n�mero de consumidores de drogas que, en 1988, se calculaba en 30 millones de adictos, y en 100 000 millones de d�lares anuales sus utilidades.

A pesar del esfuerzo de las autoridades, la historia del cultivo de drogas en la sierra de Sinaloa ha seguido las fluctuaciones del mercado internacional, que ha cambiado sus demandas a la mariguana, a la hero�na y a alg�n otro alcaloide. La mariguana es el producto que actualmente m�s se demanda a la sierra de Sinaloa. La lucha del gobierno mexicano contra el narcotr�fico tambi�n ha seguido los dictados del gobierno estadunidense, de modo que es inequitativa porque es tolerante con los consumidores de las drogas y muy dr�stica con quienes la cultivan y la ofrecen. Este problema parece no tener fin, porque el mercado no se agota por las utilidades que redit�a a los principales traficantes y por la miseria que priva en la sierra de Sinaloa.


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