Las exploraciones mar�timas


En el siglo XV, Castilla era un reino de hombres que miraban al mar y que lo buscaban como complemento necesario del reino de tierra firme. Cuando Crist�bal Col�n abri� el camino a las Indias en 1492, los castellanos se hicieron a la mar y pronto aprendieron a navegar el Oc�ano Atl�ntico, el Mar Caribe y el Golfo de M�xico. De las Antillas pasaron al continente y se dieron a buscar la otra costa, la del sur, que encontr� Vasco N��ez de Balboa en 1513. La Mar del Sur, como llamaron al Oc�ano Pac�fico, atrajo el inter�s de los castellanos tanto como las nuevas tierras descubiertas.

Cuando Hern�n Cort�s conquist� el Reino de la Nueva Espa�a ya ten�a en mente la idea de encontrar la Mar del Sur para surcarla y conquistarla. En el a�o de 1522, reci�n tomada Tenochtitlan, tuvo noticia de que por la tierra de Michoac�n se llegaba a dicha mar. Los castellanos la navegaron rumbo al poniente y en 1565 ya estaban en las islas Filipinas. Pero tambi�n interes� a los castellanos navegar hacia el norte en busca de un "paso" que permitiera navegar del Atl�ntico a la Mar del Sur, al que llamaron Estrecho de Ani�n, y que ser�a el equivalente del estrecho que Hernando de Magallanes hab�a descubierto en 1520 para navegar del Atl�ntico al Pac�fico por el sur de las indias. Muchas expediciones se emprendieron en su busca, pero fueron en vano; algunas de estas exploraciones mar�timas tuvieron que ver con la historia del noroeste, y por tanto de Sinaloa, y a ellas nos referiremos en este apartado.

Hern�n Cort�s hab�a capitulado con la emperatriz el descubrimiento y conquista de las islas del Mar del Sur, as� que en mayo de 1532 envi� desde Acapulco una expedici�n compuesta por dos nav�os al mando de su primo Diego Hurtado de Mendoza, con la intenci�n de navegar hacia el norte para explorar la costa y cuanto encontrase que fuera de inter�s para la extensi�n de los dominios de Espa�a. En el litoral del actual estado de Nayarit, el capit�n Hurtado tuvo conflictos con la gente de Nu�o de Guzm�n que le impidi� el aprovisionamiento de agua y v�veres. Una de las naves volvi� a Nueva Espa�a mientras que la capitana sigui� hacia el norte, pero nunca se supo m�s de ella ni de sus tripulantes.

Al a�o siguiente, Cort�s envi� otra expedici�n formada por dos barcos al mando de Diego Becerra y Hernando Grijalva, quien descubri� las islas Revillagigedo y volvi� a Nueva Espa�a. Becerra, en cambio, fue asesinado por la tripulaci�n amotinada y la nave qued� al mando de Fort�n Xim�nez, quien condujo la expedici�n hacia el Golfo de California y explor� la costa oriental de la pen�nsula; despu�s cruz� a la contracosta y desembarc� en Chametla, donde Nu�o de Guzm�n orden� que la tripulaci�n fuera encarcelada y la nave confiscada, puesto que eran de su enemigo pol�tico, Hern�n Cort�s, quien se entromet�a en terrenos que Nu�o consideraba como propios. Cort�s viaj� a la Nueva Galicia para entrevistarse con Nu�o y recuperar la nave incautada, en la que, una vez en su poder, se embarc� en el puerto de Jalisco, en abril de 1535, y naveg� a Chametla y luego a la Baja California. Cort�s tom� posesi�n de las tierras descubiertas e impuso el nombre de Mar de Cort�s al Golfo de California.

La m�s exitosa de las expediciones enviadas por Hern�n Cort�s fue la capitaneada por Francisco de Ulloa, quien parti� de Acapulco en julio de 1539 y en ocho meses logr� recorrer el Golfo de California en ambas riberas, la peninsular y la continental, y despu�s naveg� por el litoral del Pac�fico en Baja California hasta la altura de la isla de Cedros. Ulloa escribi� una detallada relaci�n de su viaje y levant� el primer mapa de las costas del noroeste. En el a�o de 1540, Hernando de Alarc�n zarp� de Acapulco y naveg� por la costa hasta el R�o Colorado, que remont�, y luego volvi� hacia el sur costeando la Baja California. Alarc�n tambi�n levant� un mapa e inform� de su recorrido por el r�o y sobre su contacto con los indios p�pagos que habitaban esa zona. En 1542 se complet� este primer ciclo de expediciones mar�timas del noroeste con el viaje de Juan Rodr�guez Cabrillo y Bartolom� Ferrelo.

Las expediciones espa�olas del siglo XVI, y en particular la de Hern�n Cort�s, tuvieron acentuado car�cter mar�timo que se mostr� en la preocupaci�n del capit�n por construir barcos seg�n la m�s adelantada tecnolog�a de la �poca, cuya navegaci�n domin� la Mar del Sur. Aquellos marinos, algunos de ellos ya novohispanos, extendieron los dominios del rey de Espa�a hasta las islas Filipinas; exploraron los litorales del noroeste, trazaron los mapas y descubrieron las riquezas que el mar pod�a ofrecer, como los criaderos de perlas en el Golfo de California. El noroeste novohispano form� parte de un proyecto de expansi�n mar�tima que, por lo menos en el siglo XVI, se manifest� pujante y vigoroso.


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