El abasto de la ciudad


La producci�n minera y el sustento de los habitantes de Zacatecas dependieron del abasto de variadas mercanc�as a la ciudad. Desde la �poca de la fundaci�n de la ciudad hasta la primera mitad del siglo XVII, se reconoce un hecho constante: a�o con a�o, durante los meses de mayo a agosto se padec�a la escasez de granos y bastimentos, principalmente ma�z y harina. Para paliar la crisis, se suspend�a el cobro de alhondigaje y otros derechos de introducci�n de granos, y las autoridades incluso forzaban a quienes recog�an el diezmo que la Iglesia cobraba a los agricultores para que el ma�z almacenado se vendiera al precio fijado por el cabildo.

Durante las crisis de abasto m�s agudas, como la que se padeci� entre 1784 y 1786, el cabildo de Zacatecas se vio obligado a buscar granos en otras jurisdicciones, pues la ciudad ca�a en situaciones de extrema emergencia por su dependencia de las comarcas aleda�as en materia de granos y otros alimentos.

Las crisis de abasto generaban problemas adicionales, como el acaparamiento y el enriquecimiento a costa de la poblaci�n necesitada, o bien, que las mercanc�as se vendieran no donde m�s se les requer�a sino en los lugares que pagaban el mejor precio. No fue raro que en situaciones de crisis los due�os de granos se aliaran con las autoridades pol�ticas en b�squeda del beneficio personal y en perjuicio de los habitantes pobres e, incluso, de los mineros.


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