El centralismo no logr� consolidarse como forma de gobierno. Destaca en el caso zacatecano que muchos individuos que ocuparon cargos p�blicos durante el r�gimen federal permanecieron como dirigentes del departamento, oponiendo resistencia a las �rdenes del gobierno nacional. Acordes con su tradici�n legalista, los federalistas organizaron la resistencia por la v�a del derecho y dentro de la misma junta departamental, a la que transformaron en instrumento opositor del gobierno nacional. Tambi�n planearon contra el nuevo r�gimen aisladas acciones militares, aunque todas fallidas, como la conspiraci�n de Jerez ocurrida a mediados de 1836, que formaba parte de un plan nacional de combate al nuevo r�gimen.
El centralismo despoj� al erario zacatecano de ingresos considerables al expropiar las minas de Proa�o y la casa de moneda. El hecho motiv� un fuerte disgusto entre la poblaci�n zacatecana y la protesta de los federalistas, quienes en m�ltiples ocasiones culparon al centralismo de la inestabilidad y los enfrentamientos entre mexicanos.
A principios de 1841 Zacatecas parec�a recuperarse. Con nuevo impulso sus representantes participaban activamente en el Congreso Nacional para propiciar la ca�da del centralismo y el restablecimiento de la Constituci�n federal de 1824, aunque reformada, pues reconoc�an sus imperfecciones para alcanzar el equilibrio nacional. Pero los intentos para reformar aquel c�digo se frustraron con el pronunciamiento militar de Santa Anna, Mariano Paredes y Arrillaga y Gabriel Valencia, que desemboc� en la firma de las Bases de Tacubaya (28 de septiembre de 1841), que adem�s desconocieron los poderes establecidos por la Constituci�n de 1836, representando el final del centralismo y el comienzo de las dictaduras militares.
Francisco Franco, comandante general de Zacatecas, quien particip� en la campa�a de 1835 contra el estado, reconoci� las Bases; en contraste, fueron rechazadas por la junta departamental, que finalmente las suscribi� por la presi�n militar, aunque se mantuvo como �rgano opositor al gobierno nacional. La postura de Franco le vali� un premio: en abril de 1842 asumi� el gobierno civil y militar, as� como el control de las rentas del departamento. Una nueva ca�da de Santa Anna lo oblig� a renunciar al poco tiempo; lo reemplaz� un civil, el connotado federalista Marcos de Esparza.
Estos hechos coincidieron con la formaci�n de guardias nacionales en los departamentos, cuyo prop�sito era combatir el bandolerismo y erradicar los ataques de los indios b�rbaros. Aunque al principio las guardias no tuvieron un peso significativo, coadyuvaron al fortalecimiento del grupo de civiles del gobierno zacatecano, quienes no dejaron de insistir en el restablecimiento del federalismo por canales legales.