El comportamiento de la miner�a durante la d�cada de la lucha armada fue fluctuante. En 1911, tres de las principales compa��as mineras del estado enfrentaron movimientos huelgu�sticos y, desde ese a�o hasta 1916, la ocupaci�n del territorio por parte de bandoleros o de revolucionarios hizo inciertas las condiciones de producci�n. Aunque siguieran operando, las empresas deb�an resolver el problema de dar salida a sus productos en medio de una gran inseguridad en los caminos y de la desarticulaci�n del sistema ferroviario. En fin, muchas explotaciones peque�as fueron abandonadas, y una parte del aparato productivo, destruido.
Con todo, hacia finales de la d�cada de 1910 las principales compa��as mineras se encontraban listas para reanudar su producci�n en gran escala. Seg�n el informe del gobernador Donato Moreno, en 1920 la miner�a zacatecana hab�a recuperado los niveles de 1900. Esta recuperaci�n no s�lo fue cuantitativa, sino que contribuy� a una diversificaci�n de la producci�n minera acorde con las exigencias de los mercados internacionales. Las grandes empresas se beneficiaban de una legislaci�n favorable y de los bajos salarios, pero �stos provocaban constantes movimientos de huelga que mermaban la estabilidad del sector. La crisis internacional de 1929 afect� los precios de los metales m�s importantes, pero la actividad extractiva continu�.
La miner�a en peque�o se recuper� m�s lentamente, debido en parte a que explotaba minerales de baja ley y a que carec�a de capital para desarrollarse. Mat�as Ramos dict� algunas medidas que intentaban reducir la brecha existente entre las grandes y las peque�as empresas en lo referente a los �ndices de rentabilidad. El decreto de expropiaci�n petrolera provoc� una oleada de desconfianza que redund� en la cesi�n de algunas minas a los trabajadores y de alguna manera benefici� tambi�n a los peque�os mineros. Se formaron entonces cooperativas que en principio mejoraron los niveles de ingreso y las condiciones de trabajo, pero cuya administraci�n dej� mucho que desear en cuanto a eficiencia y transparencia en el manejo de los recursos.
La participaci�n de las empresas extranjeras se redujo durante la d�cada de 1930. Pero las nuevas inversiones de origen nacional y la creciente industrializaci�n del pa�s dieron a la miner�a zacatecana la posibilidad de crecer con base en los requerimientos dom�sticos, sin depender tanto de las veleidades del mercado internacional.