La parte esencial de nuestro vocabulario, todos lo sabemos, es de origen latino, como la lengua española misma. Existen además en el español culto algunas voces y expresiones que no son sólo de origen latino, sino que son latinas, sin evolución alguna, son latinismos "crudos". Entre ellas se pueden mencionar las siguientes: ibídem, réquiem, vademécum, memorándum, tedéum, pandemónium (del griego), quórum, ultimátum, desiderátum, factótum, etcétera. Algunas dificultades presenta el uso de estos vocablos, particularmente su pluralización. En muchos casos, la expresión simplemente no se pluraliza: los réquiem, los vademécum, los tedéum. Existen empero otros en que se acostumbra hacer uso del plural latino. Así, si las voces curriculum y memorándum son, en latín, neutras, y si el plural de los nombres neutros latinos es con la terminación -a (templum-templa) se suele decir entonces memoranda y currícula, por ejemplo; y, puesto que tampoco tenemos en español artículo neutro plural, se oye tanto los currícula como las currícula, predominando el masculino. Como existe además la expresión curriculum vitae, no falta quien diga, en plural, los currícula vitarum, pluralizando en latín no sólo curriculum sino también el genitivo vitae. Ya en ediciones anteriores del Diccionario académico aparecía la voz memorando y, aunque señalada como desusada, también ultimato. Ahora, en la vigésima (1984) tiene cabida también currículo. Creo, por ende, que parece más recomendable, por más natural, decir los memorandos y los currículos, que los raros plurales latinos. |