EL CAZADOR, EL GAMO, EL JABALÍ, LA SERPIENTE Y EL CHACAL

Bueno es economizar; pero no es bueno economizar demasiado.

En la ciudad de Kalyanakatala vivía un cazador llamado Bairava. Ese hombre tomó en cierto día su arco y fue a cazar gamos en el bosque próximo. Cuando iba caminando con la carga de un gamo que había matado, vio a un jabalí de temible aspecto. Depositó en tierra al gamo y disparó una flecha al jabalí. Éste dejó escapar un gruñido terrible y atacó a su agresor, a quien abrió el vientre de una dentellada. Después cayó espirante sobre su víctima, a la que ahogó con su peso.

Sus pies aplastaron una serpiente. Poco tiempo después, un chacal que erraba por aquellos lugares buscando su alimento vio al gamo, al cazador, al jabalí y a la serpiente, muertos.

"¡Ah!, se dijo contemplándolos con ávida mirada, hoy he encontrado comida abundante.

"Con su carne podré mantenerme bien durante el espacio de tres meses: el hombre me servirá para comer un mes; el gamo y el jabalí dos meses, y la serpiente un día. Hoy por hoy me contentaré con mascullar la cuerda del arco.

"Guardemos esas carnes deliciosas, y masquemos esa cuerda: eso será suficiente."

Pensando así, se puso a morder la cuerda; pero a la primera dentellada la cortó de repente: el arco se distendió, y el chacal, herido en el corazón, murió.

En lo que concierne a las riquezas, el hombre rico no posee realmente más que lo que da y lo que consume. El resto es para el primer advenedizo.

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