CAPÍTULO XIX
DE LAS CEREMONIAS QUE HACÍAN LOS QUE QUEDABAN
POR EL QUE IBA, SI VIVÍA, Y OTRAS CUANDO OÍAN QUE
YA ERA MUERTO.

1.- HABIÉNDOSE partido el mercader que se había despedido de sus parientes y de su casa, el padre o madre o mujer, o los hijos, todo aquel tiempo que estaba ausente no se lavaban la cabeza, ni la cara, sino de ochenta a ochenta días: en esto daban a entender que hacían penitencia por su hijo, o por su marido, o por su padre que estaba ausente; bien se lavaban el cuerpo en este tiempo, pero no la cabeza, hasta la venida de aquel que esperaban.

2.—Y si por ventura moría allá, primero lo sabían los mercaderes viejos, y ellos lo iban a decir a la casa del muerto, para que llorasen y para que le hiciesen sus obsequias y honras, como ellos acostumbraban; y entonces iban todos los parientes del muerto a visitar, y a consolar a la mujer, o padre o madre del muerto; y después de cuatro días, hechas las obsequias lavaban la cara y jabonaban la cabeza, decían que quitaban la tristeza.

3.—Y si por ventura aquel mercader le habían muerto sus enemigos, en sabiéndolo los de su casa hacían su estatua de teas atadas unas con otras, y aderezábanla con los atavíos del muerto, con que le habían de aderezar a él si muriera en su casa, que eran diversa manera de papeles con que acostumbraban a aderezar a los muertos, y ofrecíanle delante otros papeles, y llevaban la estatua así compuesta al calpulco, que era la iglesia de aquel barrio, y allí estaba un día.

4.— Delante de la estatua lloraban al muerto, y a la media noche llevaban la estatua al patio del cu, y allí la quemaban en un lugar del patio que llamaban Quauhxicalco o Tzompantitlan.

5.—Y si el tal mercader moría de su enfermedad, hacíanle la estatua como ya está dicho, pero su estatua quemábanla en el patio de su casa, a la puesta del sol.

6.— También decían que era este signo próspero para partirse para la guerra los soldados. Decían que los que nacían en este signo tendrían buena fortuna, y serían ricos si hiciesen penitencia por reverencia de su signo; y si fuesen descuidados en hacer penitencia perderían la ventura que habían de haber; y el que nacía en este signo no le bautizaban luego, sino al tercer día que era la casa de ei mázatl, y entonces la ponían el nombre, porque como está dicho (que) todas las terceras casas de los signos son bien afortunadas.

7.— La segunda casa de este signo se llama ome miquiztli; decían que era casa mal afortunada; la tercera casa se llama ei mázatl (y) era casa bien afortunada, por la causa arriba dicha; la cuarta casa de este signo se llamaba nahui tochtli, era casa mal afortunada porque decían que todas las cuartas casas de todos los signos eran mal afortunadas; la quinta casa de este signo se llamaba macuilli atl,y era mal afortunada porque decían que todas las quintas casas de todos los signos eran mal afortunadas, y así que los que nacían en la cuarta y en la quinta eran mal acondicionados; pero decían que los que nacían en la quinta casa si tenían cuidado de criarlos bien, venían a ser bien acondicionados y prósperos; decían que esto les venía por haberse llegado a los consejos de los viejos.