CAPÍTULO XXX |
1 -EL DECIMOSÉPTIMO signo se llama ce atl; decían que este signo era indiferente. En este signo decían que reinaba la diosa que se llama Chalchiuhtlicue, y los que tenían tratos en el agua hacían ofrendas y sacrificios a honra de esta diosa en el calpulco, delante de la imagen, 2.Y decían por ser este signo indiferente que cual o cual de los que nacían en él tenía buena ventura, y todos los más de los que en él nacían eran mal afortunados y morían mala muerte; y si algunos bienes de este mundo tenían, poco tiempo los gozaban, al mejor tiempo se les acababa la ventura. 3.Y por esta causa se levantó el refrán que dice: que en el mundo un día bueno y otro malo, y que los que son prósperos en un tiempo, acabarán en pobreza; y los que tienen pobreza en la vida, antes de la muerte tendrían algún descanso. 4.Y a los que nacían en este signo no los bautizaban luego, diferíanlos para el tercero, o para el séptimo día, o para el décimo o para alguno de los que se siguen, porque decían que todos éstos hasta el tercero tenían alguna bondad; 5. la segunda casa de este signo se llama ome itzcuintli; la tercera ei ozomatli; la cuarta nahui malinalli; la quinta macuilli acátl; la sexta chicuace océlotl; la séptima chicome quauhtli; la octava chicuei cozcaquauhtli; la novena chiconahui ollin; la décima matlactli técpatl; la undécima matlactlionce quiáhuitl; la duodécima matlactliomome xóchitl; la decimotercera matlactliomei cipactli. |