Que es opinión entre los indios que con los Yzaes
que poblaron Chichenizá, reinó un gran señor
llamado Cuculcán, y que muestra ser esto verdad el edificio
principal que se llama Cuculcán; y dicen que entró
por la parte de poniente y que difieren en si entró antes o después
de los Yzaes o con ellos, y dicen que fue bien dispuesto y que
no tenía mujer ni hijos; y que después de su vuelta fue
tenido en México por uno de sus dioses y llamado Cezalcuati
y que en Yucatán también lo tuvieron por dios por ser
gran republicano, y que esto se vio en el asiento que puso en Yucatán
después de la muerte de los señores para mitigar la disensión
que sus muertes causaron en la tierra.
Que este Cuculcán tornó a poblar otra ciudad tratando
con los señores naturales de la tierra que él y ellos
viniesen [a la ciudad], y que allí viniesen todas las cosas y
negocios; y que para esto eligieron un asiento muy bueno a ocho leguas
más adentro en la tierra que donde ahora está Mérida,
y quince o dieciséis del mar; y que allí cercaron de una
muy ancha pared de piedra seca como medio cuarto de legua dejando sólo
dos puertas angostas y la pared no muy alta, y en el medio de esta cerca
hicieron sus templos; y que el mayor, que es como el de Chichenizá,
llamaron Cuculcán; y que hicieron otro redondo y con cuatro
puertas, diferente a cuantos hay en aquella tierra, y otros a la redonda,
juntos unos de otros; y que dentro de este cercado hicieron casas para
los señores, entre los cuales solamente repartieron la tierra
dando pueblos a cada uno conforme a la antigüedad de su linaje
y ser de su persona. Y que Cuculcán puso nombre a la ciudad,
no el suyo, como hicieron los Ahizaes en Chichenizá
que quiere decir pozo de los aizaes, mas llamóla Mayapán
que quiere decir el pendón de la Maya, porque a la lengua
de la tierra llaman maya; y los indios llaman Ychpa [a la ciudad],
que quiere decir dentro de las cercas.
Que este Cuculcán vivió con los señores
algunos años en aquella ciudad y que dejándolos en mucha
paz y amistad se tornó por el mismo camino a México, y
que de pasada se detuvo en Champotón, y que para memoria suya
y de su partida, hizo dentro del mar un buen edificio al modo del de
Chichenizá, a un gran tiro de piedra de la ribera, y que
así dejó Cuculcán perpetua memoria en Yucatán.
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