Que cuentan los indios que de la parte del mediodía vinieron
a Yucatán muchas gentes con sus señores, y que parecen
haber venido de Chiapas aunque los indios no lo saben; mas este autor
lo conjetura porque muchos vocablos y composiciones de verbos son los
mismos en Chiapas que en Yucatán; y hay grandes señales
en la parte de Chiapas de lugares que han sido despoblados; y dicen
que estas gentes anduvieron cuarenta años por los despoblados
de Yucatán sin haber en ellos agua sino la que llueve; y que
al fin de este tiempo aportaron a las sierras que caen algo enfrente
de la ciudad de Mayapán, a diez leguas de ella, y que
allí comenzaron a poblar y hacer muy buenos edificios en muchas
partes; y que los de Mayapán tomaron mucha amistad con
ellos y holgaron de que labrasen la tierra como naturales y que así
estos Tutu Xiú se sujetaron a las leyes de Mayapán
y emparentaron unos con otros; y que como el señor Xiú,
de los Tutu Xiues, era tal, vino a ser muy estimado de todos.
Que estas gentes vivieron tan quietamente que no había pleito
ninguno, ni usaban armas ni arcos aun para la caza, siendo ahora excelentes
flecheros, y que sólo usaban lazos y trampas con los que tomaban
mucha caza; y que los sacerdotes tenían cierto arte de tirar
varas con un palo grueso como de tres dedos agujerado hacia la tercera
parte y de seis palmos de largo y que con él y unos cordeles
tiraban fuerte y certeramente.
Que tenían leyes contra los delincuentes y las aplicaban mucho,
como contra el adúltero a quien entregaban al ofendido para que
le matase soltándole una piedra grande desde lo alto sobre la
cabeza, o lo perdonase si quería; y que a las adúlteras
no daban otra pena más que la infamia que entre ellos era cosa
muy grave; y al que forzase doncella lo mataban a pedradas; y cuentan
un caso: que el señor de los Tutuxiues tenía un
hermano que fue acusado de este crimen, y le hizo apedrear y después
cubrir de un gran montón de piedras; y tenían otra ley
antes de la población de esta ciudad, que mandaba sacar las tripas
por el ombligo a los adúlteros.
Que el gobernador Cocom entró en codicia de riquezas,
y que para esto trató con la gente de guarnición que los
reyes de México tenían en Tabasco y Xicalango prometiéndoles
entregarles la ciudad, y que así trajo gente mexicana a Mayapán
y oprimió a los pobres e hizo muchos esclavos; y los señores
le hubieran matado si no hubiesen tenido miedo a los mexicanos. Que
el señor de los Tutuxiues nunca consintió en esto
y que viéndose [oprimidos] los de Yucatán, aprendieron
de los mexicanos el arte de las armas y así salieron maestros
del arco y flecha y de la lanza y hachuela, y sus rodelas y sacos fuertes
de sal y algodón y de otros pertrechos de guerra, y que ya no
se admiraban de los mexicanos ni los temían, antes [bien] hacían
poca cuenta de ellos. Y que en esto pasaron algunos años.
Que aquel Cocom fue el primero que hizo esclavos, pero que de
este mal [se] siguió usar las armas con que se defendieron para
que no fuesen esclavos todos.
Que entre los sucesores de la casa de Cocom hubo uno muy orgulloso
e imitador de Cocom, y éste hizo otra liga con los de
Tabasco y metió más mexicanos dentro de la ciudad y comenzó
a tiranizar y a hacer esclavos a la gente menuda y que por esto se juntaron
los señores en el bando de Tutu Xiú, que era gran
republicano como sus [ante] pasados, y se concertaron para matar a
Cocom y así lo hicieron, matando a todos sus hijos sin dejar
más que uno que estaba ausente, y saquearon sus casas y tomaron
las heredades que tenía en cacao y otras frutas, diciendo que
con ellas se pagaban de lo que les había robado; y que duraron
tanto los bandos entre los Cocomes que decían ser
echados injustamente, y los Xiues que después de
haber estado en aquella ciudad más de 500 años la desampararon
y despoblaron, yéndose cada uno a su tierra
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