Que como la gente mexicana tuvo señales y profecías
de la venida de los españoles y de la cesación de su mando
y religión, también las tuvieron los de Yucatán algunos
años antes que el adelantado Montejo los conquistase, y que en
las sierras de Maní, que es en la provincia de Tutu Xiu,
un indio llamado Ah Cambal, de oficio Chilám, que
es el que tiene a su cargo dar las respuestas del demonio, les dijo públicamente
que pronto serían señoreados por gente extranjera, y que
les predicarían un Dios y la virtud de un palo que en su lengua
llaman Vamonché, que quiere decir palo enhiesto de gran
virtud contra los demonios.
Que el sucesor de los Cocomes, llamado don Juan Cocom, después
de bautizado, fue hombre de gran reputación y muy sabio en sus
cosas y bien sagaz y entendido en las naturales; y fue muy familiar del
autor de este libro, fray Diego de Landa, y le contó muchas antigüedades
y le mostró un libro que fue de su abuelo, hijo del Cocom
que mataron en Mayapán, y en él estaba pintado un
venado; y que aquel su abuelo le había dicho que cuando en aquella
tierra entrasen venados grandes, qué así llamaban a las
vacas, cesaría el culto de los Dioses; y que se había cumplido
porque los españoles trajeron vacas grandes
Que el adelantado Francisco de Montejo fue natural de Salamanca y que
pasó a las Indias después de poblada la ciudad de Santo
Domingo y la Isla Española, habiendo estado primero algún
tiempo en Sevilla donde dejó un hijo niño que allí
hubo; y que vino a la ciudad de Cuba donde ganó de comer y tuvo
muchos amigos por su buena condición y entre ellos fueron Diego
Velázquez, gobernador de la Isla, y Hernando Cortés; y que
como el gobernador determinó enviar a Juan de Grijalva, su sobrino,
a rescatar a tierras de Yucatán y a descubrir más tierra
después de la nueva que Francisco Hernández de Córdoba
trajo cuando la descubrió, diciendo que era tierra rica, determinó
que Montejo fuese con Grijalva. [Montejo] como era rico, puso uno de los
navíos y muchos bastimentos y fue así de los segundos españoles
que descubrieron a Yucatán. Y que vista la costa de Yucatán
tuvo deseos de enriquecerse allí antes que en Cuba, y vista la
determinación de Hernando Cortés, le siguió con su
hacienda y persona y Cortés le dio un navío a su cargo haciéndole
capitán de él. Que en Yucatán recogieron a Gerónimo
de Aguilar de quien Montejo entendió la lengua de aquella tierra
y sus cosas, y que llegado Cortés a la Nueva España comenzó
a poblar y al primer pueblo llamó la Veracruz conforme al blasón
de su bandera; y que en este pueblo fue Montejo nombrado Alcalde del Rey,
cargo en que se mantuvo discretamente y así lo publicó por
tal Cortés cuando tomó por allí después del
camino que hizo navegando la tierra a la redonda, y que por esto lo envió
a España como uno de los procuradores de la Nueva España
y para que llevase el quinto del rey con una relación de la tierra
descubierta y de las cosas que comenzaban a hacerse en ella.
Que cuando Francisco de Montejo llegó a la corte de Castilla, era
Presidente del Consejo de Indias Juan Rodríguez de Fonseca, obispo
de Burgos, quien estaba mal informado contra Cortés por parte de
Diego Velázquez, gobernador de Cuba, que pretendía también
lo de Nueva España; y que estaban los más del Consejo contra
los negocios de Cortés [diciendo] que parecía que no enviaba
dineros al Rey sino que se los pedía y que sabiendo que el Emperador
estaba en Flandes, por eso se negociaba mal. [Montejo] perseveró
siete años desde que salió de las Indias, que fue en 1519,
hasta que se embarcó, que fue en 26, y que con esta perseverancia
recusó al Presidente y al Papa Adriano que era gobernador [del
Reino] y habló al emperador, lo cual aprovechó mucho, pues
se despachó lo de Cortés como era de razón.
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