Que salidos los españoles de Yucatán faltó
el agua en la tierra y que por haber gastado sin orden su maíz
en las guerras de los españoles, les sobrevino gran hambre; tanta,
que vinieron a comer cortezas de árboles, en especial uno que
llaman cumché, que es fofo y blando por dentro. Que por
esta hambre, los Xiues, que son los señores de Maní,
acordaron hacer un sacrificio solemne a los ídolos llevando ciertos
esclavos y esclavas a echar en el pozo de Chichenizá.
Mas como habían de pasar por el pueblo de los señores
Cocomes, sus capitales enemigos, y pensando que en tal tiempo
se renovarían las viejas pasiones, les enviaron a rogar que los
dejasen pasar por su tierra. Los Cocomes los engañaron
con buena respuesta y dándoles posada a todos juntos en una gran
casa les pegaron fuego y mataron a los que escapaban; y por esto hubo
grandes guerras. [Además] se les recreció la langosta
por espacio de cinco años, que no les dejaba cosa verde; y vinieron
a tanta hambre que se caían muertos por los caminos, de manera
que cuando los españoles volvieron no conocían la tierra
aunque con otros cuatro años buenos después de la langosta,
se había mejorado algo.
Que este don Francisco se partió para Yucatán por los
ríos de Tabasco y entró por las lagunas de Dos Bocas y
que el primer pueblo que tocó fue Champotón con cuyo señor,
llamado Moch Kovoh les fue mal a Francisco Hernández y
a Grijalva; mas por ser ya muerto no hubo allí resistencia, antes
bien, los de este pueblo sustentaron a don Francisco y su gente dos
años en cuyo tiempo no pudo pasar adelante por la mucha resistencia
que hallaba. Que después pasó a Campeche y vino a tener
mucha amistad con los de aquel pueblo. De manera que con su ayuda y
la de los de Champotón acabó la conquista prometiéndoles
que serían remunerados por el rey por su mucha fidelidad aunque
hasta ahora el rey no lo ha cumplido.
Que la resistencia no fue bastante para que don Francisco dejase de
llegar con su ejército a Tihó donde se pobló
la ciudad de Mérida: y que dejando el bagaje en Mérida
prosiguieron la conquista enviando capitanes a diversas partes. Don
Francisco envió a su primo Francisco de Montejo a la villa de
Valladolid para pacificar los pueblos que estaban algo rebeldes y para
poblar aquella villa como ahora está. Pobló en Chectemal
la villa de Salamanca y ya tenía poblado Campeche. [Entonces]
dio orden para el servicio de los indios y el gobierno de los españoles
hasta que el adelantado, su padre, vino a gobernar desde Chiapas con
su mujer y casa; y fue bien recibido en Campeche llamando a esa villa
de San Francisco por su nombre. Después pasó a la ciudad
de Mérida.
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