Ángel María Garibay K. (1892-1967)

Con fama de hosco, pero con las puertas del corazón de par en par; en creación sin reposo, alejado del mundanal ruido, mas no de espaldas a sus problemas, así vivió el sabio maestro Ángel María Garibay. Fue él raro ejemplo de humanismo sin fronteras, tan interesado en descubrir lo nuestro como en allegar para la cultura patria la riqueza espiritual del mundo clásico. Se han ponderado, y habrán de valorarse más, sus merecimientos de estudioso de los textos nahuas, grecolatinos y hebraicos. Monumento de sabiduría siempre asequible son sus obras, presencia del humanista que de sí mismo dijo: "Si soy el primero en acoger las ideas nuevas, soy igualmente el último en olvidar las antiguas".1

1 Esquilo, Trilogía de Orestes, versión métrica, introducción y notas por Ángel María Garibay, Bajo el signo de Ábside, México, 1939, p. 66.