LA ELABORACIÓN DE LA "IDEA DE UNA NUEVA HISTORIA
GENERAL DE LA AMÉRICA SEPTENTRIONAL"
(1742-1746)

Gozando de la protección del marqués de la Ensenada, pero sobreviviendo con escasos recursos, Boturini logró disponer en cerca de tres años esta obra, la única que pudo completar y hacer imprimir.

Separado de sus preciosos documentos, tuvo que fiarse de su memoria y acudir a la vez a los libros publicados sobre las antiguas culturas indígenas de México. Lo más significativo de su aportación consistió en lo que hoy llamaríamos su marco teórico, concebido en función de los Principi di Scienza Nuova de Giambattista Vico (1668-1744).

Nacido éste en Nápoles, fue profesor en la universidad de dicha ciudad. Por su obra se le considera uno de los grandes filósofos de la historia. Su tesis es que el objeto central del conocimiento humano es el acontecer en el mundo de las naciones, precisamente porque, por ser obra de los seres humanos, está a la altura de su capacidad de comprensión.

La Scienza Nuova describe luego una historia ideal, que abarca todos los tiempos, en la cual transcurren las historias de las diversas naciones, en sus orígenes, progresos, equilibrios y decadencias. Esa historia ideal existe porque todos los seres humanos, como tales, participan en una naturaleza en común. La historia, realización de la Providencia a través del actuar de los hombres, se desarrolla, con todas las variantes que se quiera, a través de tres edades. Éstas son las de los tiempos oscuro, fabuloso y propiamente histórico. Las correspondientes tres edades son: la de los dioses; los héroes, y los hombres.

Sin contrariar la libertad humana, la Providencia guía, en última instancia, el destino de las naciones. En medio de innumerables altibajos y diferencias, existe así una historia universal que el filósofo debe elucidar en cada caso particular. Corresponderá a los distintos filósofos de la historia descubrir en sus pesquisas sobre un determinado pueblo, cómo transcurrió su devenir desde los tiempos oscuros a los fabulosos hasta alcanzar la edad en que la creación de instituciones lo situó en el tiempo pleno de la historia.

Lorenzo Boturini aplicó esta filosofía al caso de los pueblos del Altiplano Central de México. Por vez primera el devenir de éstos quedó enmarcado en un pensamiento que, sin romper con la idea de la Providencia, buscaba explicar la evolución de las culturas. La Scienza Nuova, considerada hasta hoy como antecedente fundamental de otros sistemas, incluyendo al positivismo en cuanto filosofía de la historia, permitió a don Lorenzo escribir una obra originalísima en la que los dioses indígenas —Tezcatlipoca, Macuilxochitl, Tlazolteotl, Xiuhtecuhtli y otros— parecen actuando en un tiempo oscuro y misterioso, pero que es el que dará sustento a la concepción de la existencia en el México antiguo.

En la segunda edad, tiempo fabuloso, aparecen los símbolos de seres que son héroes y cuerpos celestes: Nanahuatzin que se transformó en Sol en Teotihuacán y dio origen a los ciclos del tiempo que Boturini estudia aplicadamente y con intenso interés. Se toman asimismo presentes en esa edad las figuras de los héroes de los que hablan los antiguos cantares, todo ello en medio de "sutilísirnas fábulas tejidas con elevadas metáforas y alegorías". Al tiempo fabuloso seguirá aquel en que puede ya hablarse "Del paso y tránsito que tuvieron los indios de la Nueva España para llegar a ella".

Concentra luego su atención en la tercera edad o tiempo histórico. Allí se ocupa en describir la evolución histórica mesoamericana, desde los olmecas y xicalancas, pasando por los toltecas y sus grandes creaciones, hasta concentrarse en los chichimecas, tecpanecas y mexicanos. Su obra concluye con "la conquista de los españoles", en la que ve otro actuar de la Providencia que hará entrar de lleno a esos pueblos en el ámbito del cristianismo y de la historia universal.

Lorenzo Boturini consideró esta obra suya como "una idea", anticipo de otra obra más amplia que comenzó luego a escribir. Se intitularía ella: Historia General de la América Septentrional. Sólo una parte pudo redactar, conservada hasta hoy en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia en Madrid y publicada por el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México en 1990, con un estudio introductorio de Manuel Ballesteros Gaibrois.

Entre otras aportaciones de don Lorenzo está su discurso en la Academia Valenciana sobre "El derecho natural de las gentes de la América Septentrional", pronunciado por invitación de don Gregorio Mayans y Siscar, el 2 de enero de 1750. Dicho discurso ha sido publicado por quien esto escribe en la edición citada de la Idea... (Porrúa, México, 1974, pp. LXV-LXXII). En lo que entonces expresó Boturini hay nueva muestra de su pensamiento filosófico en afán de comprender la historia antigua de México.

Inspirado en el pensamiento de Vico, célebre precursor de la moderna filosofía de la historia, Lorenzo Boturini nos legó un muy original trabajo y con él información de primera mano sobre un gran caudal de testimonios tocantes al pasado prehispánico de México.