128 Celebran las fiestas y pascuas del Señor
y de Nuestra Señora, y de las advocaciones principales de sus
pueblos, con mucho regocijo y solemnidad. Adornan sus iglesias muy pulidamente
con los paramentos que pueden haber, y lo que les falta de tapicería
suplen con muchos ramos, flores, espadañas y juncia que echan
por el suelo, yerbabuena, que en esta tierra se ha multiplicado cosa
increíble, y por donde tiene de pasar la procesión hacen
muchos arcos triunfales, hechos de rosas, 2
con muchas labores y lazos de las mismas flores; y hacen muchas piñas
de flores, cosa muy de ver, y por esto hacen en esta tierra todos mucho
por tener jardines con rosas, y no las teniendo ha acontecido enviar
por ellas diez y doce leguas a los pueblos de tierra caliente, que casi
siempre las hay, y son de muy suave olor.
129 Los indios señores y principales, ataviados y vestidos
de sus camisas blancas y mantas labradas con plumajes, y con piñas
de rosas en las manos, bailan y dicen cantares en su lengua, de las
fiestas que celebran, que los frailes se los han traducido, y los maestros
de sus cantares las han puesto a su modo de manera de metro,
que son graciosos y bien entonados; y estos bailes y cantos comienzan
a media noche en muchas partes, y tienen muchas lumbres en sus patios,
que en esta tierra los patios son muy grandes y muy gentiles, porque
la gente es mucha, y no caben en las iglesias, y por esto tienen su
capilla fuera en los patios, porque todos hayan misa todos los domingos
y fiestas, y las iglesias sirven para entre semana; 3
y después también cantan mucha parte del día sin
les hacer mucho trabajo ni pesadumbre. Todo el camino que tiene de andar
la procesión tienen enramado de una parte y de otra, aunque haya
de ir un tiro y dos de ballesta, y el suelo cubierto de espadaña
y juncia y de hojas de árboles y rosas de muchas maneras y a
trechos puestos sus altares muy bien aderezados. La noche de Navidad
ponen muchas lumbres en los patios de las iglesias y en los terrados
de sus casas, y como son muchas las casas de azotea, y van las casas
una legua, y dos, y más, parecen de noche un cielo estrellado;
y generalmente cantan y tañen atabales y campanas, que ya en
esta tierra han hecho muchas. Ponen mucha devoción y dan alegría
a todo el pueblo, y a los españoles mucho más. Los indios
en esta noche vienen a los oficios divinos y oyen sus tres misas y los
que no caben en la iglesia por eso no se van sino delante de la puerta
y en el patio rezan y hacen lo mismo que si estuviesen dentro; y a este
propósito contaré una cosa que cuando
la vi, por una parte me hacía reír y por otra me puso
admiración, y es que entrando yo un día en una iglesia
algo lejos de nuestra casa, hallé que aquel barrio o pueblo se
había ayuntado, y poco antes habían tañido su campana
como ya el tiempo que en otras partes tañen a misa, y dichas
las horas de Nuestra Señora, luego dijeron su doctrina cristiana,
y después cantaron su pater noster y ave maría
y tañendo como a la ofrenda rezaron todos bajo; luego tañeron
como a los santus, y herían los pechos ante la imagen
del crucifijo, 4 y decían que oían
misa con el ánima y con el deseo, porque no tenían quién
se la dijese.
130 La fiesta de los Reyes también la regocijan mucho,
porque les parece propia fiesta suya; y muchas veces este día
representan el auto del ofrecimiento de los Reyes al Niño Jesús,
y traen la estrella de muy lejos, porque para hacer cordeles y tirarla
no han menester ir a buscar maestros, que todos estos indios, chicos
y grandes, saben torcer cordel. Y en la iglesia tienen a Nuestra Señora
con su precioso Hijo en el pesebre, delante el cual aquel día
ofrecen cera, y de su incienso, y palomas, y codornices, y otras aves
que para aquel día buscan, y siempre hasta ahora va creciendo
en ellos la devoción de este día.
131 En la fiesta de la Purificación o Candelaria traen
sus candelas a bendecir. Después que con ellas han cantado y
andado la procesión, tienen en mucho lo que les sobra y guárdanlo
para sus enfermedades, y para truenos y rayos; porque tienen gran devoción
con Nuestra Señora, y por ser benditas en su santo día
las guardan mucho.
132 En el domingo de ramos enraman todas sus iglesias, y más
adonde se han de bendecir los ramos, y adonde se tiene de decir la misa;
y por la muchedumbre de la gente que viene, que apenas bastarán
muchas cargas de ramos, aunque [a] cada uno no se le diese sino un pequeñito,
y también por el gran peligro del dar los ramos y tomarlos, en
especial en las grandes provincias, que se ahogarían algunos,
aunque se diesen los ramos por muchas partes, que todo se ha probado,
y el mejor remedio ha parecido bendecir los ramos en las manos; y es
muy de ver las diferentes divisas que traen en sus ramos; muchos traen
encima de sus ramos unas cruces hechas de flores, y éstas son
de mil maneras y de muchos colores; otros traen en los ramos engeridas
rosas y flores de muchas maneras y colores, y como los ramos son verdes
y los traen. alzados en las manos, parece una floresta.
Por el camino tienen puestos árboles grandes, y en algunas partes
que ellos mismos están nacidos allí, suben los niños,
y unos cortan ramos y los echan por el camino al tiempo que pasan las
cruces, otros encima de los árboles cantan, otros muchos van
echando sus ropas y mantas en el camino, y éstas son tantas que
casi siempre van las cruces y los ministros sobre mantas; y los ramos
tienen mucho cuidado de guardarlos, y un día o dos antes del
miércoles de Ceniza llévanlos todos a la puerta de la
iglesia, y como son muchos hacen un rimado 5
de ellos, que hay hartos para hacer ceniza para bendecir. Esta ceniza
reciben muchos de ellos con devoción el primer día de
cuaresma, en la cual muchos se abstienen de sus mujeres, y en algunas
partes aquel día se visten los hombres y mujeres de negro.
133 El jueves santo con los otros dos días siguientes
vienen a los oficios divinos, y a la noche en el hacer de la disciplina,
todos, así hombres como mujeres, son cofrades de la cruz, y no
sólo esta noche mas todos los viernes del año, y en la
cuaresma tres días en la semana, hacen la disciplina en sus iglesias,
los hombres a una parte y las mujeres a otra, antes que toquen el ave
maría, y muchos días de la cuaresma después de
anochecido. Y cuando tienen falta de agua, o enfermedad, o por cualquiera
otra necesidad, con sus cruces y lumbres se van de una Iglesia a otra
disciplinando; pero la de jueves santo es muy de ver así en México,
la de los españoles a una parte y la de los indios a otra, que
son innumerables; en una parte son cinco o seis mil, y en otra diez
y doce mil, y a el parecer de españoles en Tezcuco y en
Tlaxcala parecen quince o veinticinco [mil] aunque la gente puesta
en procesión parece más de lo que es. Verdad es que van
en siete o ocho órdenes, y van hombres y mujeres y muchachos,
cojos y mancos; y entre otros cojos este año vi uno que era cosa
para notar, porque tenía secas ambas piernas de las rodillas
abajo, y con las rodillas y la mano derecha en tierra siempre ayudándose,
con la otra se iba disciplinando, que en sólo andar ayudándose
con ambas manos tenía bien qué hacer. Unos se disciplinan
con disciplinas de sangre, otros de cordel, que no se escuece menos.
Llevan muchas hachas bien atadas de tea de pino, que dan mucha lumbre.
Su procesión y disciplina es de mucho ejemplo y edificación
a los españoles que se hallan presentes, tanto que o se disciplinan
con ellos, o toman la cruz o lumbre para alumbrarlos, y muchos españoles
he visto ir llorando, y todos ellos van cantando el pater noster
y ave maría, credo y salve regina, que muy
muchos de ellos por todas partes lo saben cantar. El refrigerio que
tienen para después de la disciplina es lavarse con agua caliente
y con ají.
134 Los días de los apóstoles celebran con alegría
y el día de los finados casi por todos los pueblos de los indios
dan muchas ofrendas por sus difuntos; unos ofrecen maíz, otros
mantas, otros comida, pan, gallinas, y en lugar de vino dan cacao; y
su cera cada uno como puede y tiene, porque aunque son pobres, liberalmente
buscan de su pobreza y sacan para un candelilla.
Es la gente del mundo que menos se mata por dejar ni adquirir para sus
hijos. Pocos se irán a el infierno por los hijos ni por los testamentos,
porque las tierras o casillas que ellos heredaron, aquello dejan a sus
hijos, y son contentos con muy chica morada, y menos hacienda; que como
caracol pueden llevar a cuestas toda su hacienda. No sé de quién
tomaron acá nuestros españoles, que vienen muy pobres
de Castilla, con una espada en la mano, y dende en un año más
petacas y hato tienen que arrancar ha una reata; 6
pues las casas todas han de ser de caballeros.
1
Atento a lo explicado en la nota 7 del capítulo anterior, es
probable que este capítulo y los siguientes, 14 y 15, deberían
estar, de acuerdo con la secuencia en Memoriales, en el tratado
II con los números 3, 4 y 5, porque ya no se refieren al culto
idolátrico que es la materia del tratado II. La transposición
de esos tres capítulos delata una organización peculiar
a la Historia.
2 Es decir, flores. Cf.
supra, cap. 4, nota 3.
3 Referencia a las llamadas
"capillas abiertas" de los monasterios mexicanos del siglo
XVI. Cf. MacAndrew, The open-air churches. Es de advertir
la noticia de que esas capillas solamente se utilizaban los domingos
y días de fiesta.
4
La frase es algo confusa, pero su sentido es claro: repicaban las
campanas como cuando el oficiante de la misa eleva la hostia, y los
indios se daban golpes de pecho.
5 Rimado o rimero: conjunto
de cosas respectivamente sobrepuestas o colocadas con orden unas encima
de otras.
6 Recua, en el MS
del Escorial; pero viene a lo mismo, puesto que "recua"
es conjunto de animales o bestias de carga, y "reata" es
la disposición en que caminan, unas detrás de otras,
atadas la siguiente a la anterior.
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