Hemos llegado a la �ltima m�xima: mucho m�s se podr�a escribir. La �ltima m�xima habr� de ser una apreciaci�n sobre las m�ximas. A lo largo de estas p�ginas y precedentes se ha ido insistiendo sobre la diversidad y sutilidad de la vida; la vida es tan varia y contradictoria que no puede decirse por adelantado lo que se deber� hacer en tal o cual trance. �ste es uno de los escollos de los sistemas de moral cerrado, racionales. La m�ximas, los m�todos, los preceptos, s�lo tienen un valor relativo; son producto de la experiencia; pero la experiencia m�s fina, m�s avisada, �se atrever� a decir que todas las circunstancias que se han reunido en un caso se reunir�n en otro? �Se atrever� a afirmar que como se ha procedido en ese caso pasado se debe proceder en el futuro? Lo que la experiencia, lo que la discreci�n, lo que la sabidur�a puede decir es que en tales casos pasados el proceder de este o del otro modo dio un excelente resultado; el corolario inmediato de tal ense�anza es que ser� probable que, si las circunstancias son las mismas en otro caso, el resultado sea id�ntico tambi�n. No llega a m�s la discreci�n; luego el hombre cuerdo, el prudente, el avisado, en presencia de un caso ya previsto podr� ver si todas las circunstancias son iguales, si son iguales el tiempo, el lugar, las personas, las consecuencias del acto, sus antecedentes, y con arreglo a todo esto proceder de acuerdo con la experiencia, o bien apartarse de ella.
En materias tan sutiles como la pol�tica y la moral, �c�mo ser�a posible dar por adelantado un canon que al moralista o al pol�tico sirviese de norma? El tiempo no pasa en balde; circunstancias, matices y aspectos que creemos que son los mismos han sufrido alguna alteraci�n. Y �qui�n no sabe que en estas materias de la pol�tica y de la �tica, en que el elemento afectivo entra por tanto, un matiz, un detalle f�til, un pormenor insignificante lo es todo? Y luego, �no hay sobre la ley, sobre la experiencia, sobre el precedente, sobre el pasado, sobre la legislaci�n, sobre la costumbre una moral m�s alta, una ley m�s elevada que no se puede definir, que no se puede concretar, que es et�rea, que es inefable, y seg�n la cual en una hora determinada, en un momento dado, procedemos?