Siendo yo hijo del Almirante Don Crist�bal Col�n, personaje digno de eterna memoria, el cual descubri� las Indias Occidentales, y habiendo navegado con �l alg�n tiempo, parec�a que entre las otras cosas que he escrito, deb�a ser una, y la principal, su vida y el maravilloso descubrimiento que hizo del Nuevo Mundo y de las Indias, pues los duros y los continuos trabajos, y la enfermedad que padeci�, no le dejaron tiempo para convertir en historia sus memorias. Yo me retra�a de esta empresa, sabiendo que otros muchos la hab�an intentado; pero leyendo sus obras, encontr� en ellas lo que suele ocurrirle a la mayor�a de los historiadores, a saber, que agrandan o disminuyen algunas cosas, o callan precisamente aquello que deber�an escribir con m�s particularidad. Entonces me decid� a afrontar el trabajo y la fatiga de esta obra, pensando que me ser�a mejor sufrir lo que puedan decir contra mi estilo y atrevimiento, que dejar sepultada la verdad de lo que ata�e a un var�n tan ilustre. Adem�s de que puedo consolarme con que, si en esta obra m�a se encontrare alg�n defecto, no ser� aqu�l en que incurren la mayor parte de los historiadores, que es la poca e incierta verdad de lo que escriben, pues yo prometo recoger lo que a su vida e historia se refiere, exclusivamente, de los escritos y cartas que quedaron del mismo almirante, y de aquello en que me encontr� presente. Quien sospechare que yo he a�adido algo de mi cosecha, est� cierto de que yo s� que de esto no podr�a segu�rseme ninguna utilidad en la otra vida, y que de mi trabajo ser�n los lectores los �nicos en recoger el fruto, caso de que haya alguno.