Cap�tulo IX.
Del ma�z y lo que llaman arroz. Y de otras semillas

Los frutos que el Per� ten�a, de que se manten�a antes de los espa�oles, eran de diversas maneras: unas que se cr�an sobre la tierra y otras debajo de ella.

De los frutos que se cr�an encima de la tierra tiene el primer lugar el grano que los mexicanos y los barloventanos llaman ma�z y los del Per� zara, porque es el pan que ellos ten�an.

Es de dos maneras: uno es duro (que llaman muruchu) y el otro tierno y de mucho regalo (que llaman capia). C�menlo en lugar de pan, tostado o cocido en agua simple. La semilla del ma�z duro es el que se ha tra�do a Espa�a, la del tierno no ha llegado ac�. En unas provincias se cr�a m�s tierno y m�s delicado que en otras, particularmente en la que llaman Rucana.

Para sus sacrificios solemnes (como ya se ha dicho) hac�an pan de ma�z, que llaman zancu. Y para su comer, no de ordinario si no de cuando en cuando por v�a de regalo, hac�an el mismo pan que llaman huminta. Diferenci�base en los nombres no porque el pan fuese diferente sino porque uno era para sacrificios y otro era para comer simple. La harina la mol�an las mujeres en unas losas anchas donde echaban el grano y encima de �l tra�an otra losa hecha a manera de media luna, no redonda sino algo prolongada, de tres dedos de canto. En los corrijales de la piedra hecha media luna pon�an las manos y as� la tra�an de canto de una parte a otra, sobre el ma�z. Con esta dificultad mol�an su grano y cualquier otra cosa que tuviesen que moler, por la cual dejaban de comer pan de ordinario.

No mol�an en morteros (aunque los alcanzaron), porque en ellos se muele a fuerza de brazos por los golpes que dan —y la piedra como media luna, con el peso que tiene, muele lo que toma debajo y la india la trae con facilidad por la forma que tiene, subi�ndola y baj�ndola de una parte a otra. Y de cuando en cuando recoge en medio de la losa con una mano lo que est� moliendo, para remolerlo. Y con la otra tiene la piedra, la cual con alguna semejanza podr�amos llamar bat�n por los golpes que le hacen dar a una mano y a otra.

(Todav�a se est�n con esta manera de moler para lo que han menester.)

Tambi�n hac�an gachas (que llaman ap�) y las com�an con grand�simo regocijo dici�ndoles mil donaires, porque era muy raras veces.

La harina, para que se diga todo, la apartaban del afrecho ech�ndola sobre una manta de algod�n limpia, en la cual la tra�an con la mano asent�ndola por toda ella. La flor de la harina, como cosa tan delicada, se pega a la manta. El afrecho, como m�s grueso se aparta de ella y con facilidad lo quitan. Y vuelven a recoger en medio de la manta la harina que estaba pegada a ella, y quitada aquella echaban otra tanta y as� iban cerniendo toda la que hab�an menester.

Y el cernir la harina m�s era para el pan que hac�an para los espa�oles que no para el que los indios com�an, porque no eran tan regalados que les ofendiese el afrecho ni el afrecho es tan �spero (principalmente el del ma�z tierno) que sea menester quitarlo. Cern�an de la manera que hemos dicho por falta de cedazos, que no llegaron all� de Espa�a mientras no hubo trigo.

(Todo lo cual vi con mis ojos, Y me sustent� hasta los nueve o diez a�os con la zara, que es el ma�z. Cuyo pan tiene tres nombres: zancu era el de los sacrificios, buminta el de las fiestas y regalo, y tanta, pronunciada la primera s�laba en el paladar, es el pan com�n. La zara tostada llaman camcha; quiere decir "ma�z tostado". Incluye en s� el nombre adjetivo y el sustantivo. D�bese pronunciar com m, porque con la n significa "barrio de vecindad" o "un gran cercado". A la zara cocida llaman muti —y los espa�oles mote. Quiere decir "ma�z cocido", incluyendo en s� ambos nombres.)

De la harina del ma�z hacen las espa�olas los bizcochillos y fruta de sart�n y cualquier otro regalo, as� para sanos como para enfermos, para cuyo medicamento en cualquier g�nero de cura que sea los m�dicos experimentados han desterrado la harina del trigo y usan la del ma�z.

De la misma harina y agua simple hacen el brebaje que beben. Y del brebaje, aced�ndolo como los indios lo saben hacer, se hace muy lindo vinagre. De las ca�as antes que madure el grano, se hace muy linda miel porque las ca�as son dulces. Las ca�as secas y sus hojas son de mucho mantenimiento y muy agradables para las bestias. De las hojas de la mazorca y del mastelillo se sirven los que hacen estatuas, para que salgan muy livianas.

Algunos indios m�s apasionados de la embriaguez que la dem�s comunidad, echan la zara en remojo y la tienen as� hasta que echa sus ra�ces. Entonces la muelen toda como est� y la cuecen en la misma agua, con otras cosas. Y colada la guardan hasta que se sazona. H�cese un brebaje fort�simo que embriaga repentinamente: ll�manle ui�apu —y en otro lenguaje sora. Los incas lo prohibieron por ser tan violento para la embriaguez. Desde entonces ac�, me dicen, se ha vuelto a usar por algunos viciosos.

De manera que de la zara y de sus partes sacan los provechos que hemos dicho, sin otros muchos que se han hallado para la salud por v�a de medicina, as� en bebida como en emplastos (seg�n que en otra parte dijimos).

El segundo lugar de las mieses que se cr�an sobre la haz de la tierra dan a la que llaman quinua —y en espa�ol mijo o "arroz peque�o", porque en el grano y en el color se le asemeja algo. La planta en que se cr�a se asemeja mucho al bledo, as� en el tallo como en la hoja como en la flor, que es donde se cr�a la quinua. Las hojas tiernas comen los indios y los espa�oles en sus guisados porque son sabrosas y muy sanas. Tambi�n comen el grano en sus potajes, hechos de muchas maneras.

De la quinua hacen los indios brebaje para beber como del ma�z, pero es en tierras donde hay falta de ma�z. Los indios herbolarios usan de la harina de la quinua para algunas enfermedades.

El a�o de 1590 me enviaron del Per� esta semilla, pero lleg� muerta: que, aunque se sembr� en diversos tiempos, no naci�.

Sin estas semillas, tienen los indios del Per� tres o cuatro maneras de frejoles del talle de las habas, aunque menores. Son de comer, en sus guisados usan de ellos. Ll�manles purutu.Tienen chochos como los de Espa�a, algo mayores y m�s blancos: ll�manles tarui.

Sin los frejoles de comer tienen otros frejoles que no son de comer. Son redondos, como hechos con turquesa, son de muchos colores y del tama�o de los garbanzos. En com�n les llaman chuy y diferenci�ndolos por los colores les dan muchos nombres, de ellos rid�culos, de ellos bien apropiados, que por excusar prolijidad los dejamos de decir. Usaban de ellos en muchas maneras de juegos que hab�a, as� de muchachos como de hombres mayores. Yo me acuerdo haber jugado unos y otros.

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