Cap�tulo XI.
De las frutas de �rboles mayores

Hay otra fruta muy buena que los espa�oles llaman pepino porque se le parece algo en el talle, pero no en el gusto ni en lo saludables que son para los enfermos de calenturas ni en la buena digesti�n que tienen, antes son contrarios a los de Espa�a.

(El nombre que los indios les dan se me ha ido de la memoria. Aunque fatig�ndola yo en este paso muchas veces y muchos d�as —y reprendi�ndola por la mala guarda que ha hecho y hace de muchos vocablos de nuestro lenguaje— me ofreci�, por disculparse, este nombre c�cham por pepino. No s� si me enga�a, confiada de que por la distancia del lugar y ausencia de los m�os no podr� averiguar tan a�na el enga�o. Mis parientes los indios y mestizos del Cozco y todo el Per� ser�n jueces de esta mi ignorancia y de otras muchas que hallar�n en �sta mi obra. Perd�nenmelas, pues soy suyo y que s�lo por servirles tom� un trabajo tan incomportable como esto lo es para mis pocas fuerzas, sin ninguna esperanza de galard�n suyo ni ajeno.)

Los pepinos son de tres tama�os y los m�s peque�os, que tienen forma de coraz�n, son los mejores. Nacen en matas peque�as.

Otra fruta, que llaman chili, lleg� al Cozco el a�o de 1557. Es de muy buen gusto y de mucho regalo. Nace en unas plantas bajas, casi tendidas por el suelo. Tienen un granujado por encima, como el madro�o. Y es del mismo tama�o, no redonda sino alg�n tanto prolongada en forma de coraz�n.

Otras muchas frutas hay que nacen en �rboles altos (que las dichas m�s parecen legumbres). Unas se dan en tierras muy calientes, como las mar�timas y los Antis. Otras se cr�an en tierras m�s templadas, como son los valles calientes del Per�. M�s, porque unas y otras se alcanzan todas y se gozan en todas partes, no ser� necesario hacer divisi�n en ellas sino que se digan como salieren.

Y haciendo principio de la que los espa�oles llaman guayabas y los indios sauintu, decimos que son redondas del tama�o de manzanas medianas y, como ellas, con hollejo y sin corteza. Dentro de la m�dula tiene muchas pepitas o granillos redondos menores que los de la uva. Unas son amarillas por fuera y coloradas por dentro. �stas son de dos suertes: unas tan agrias que no se pueden comer, otras son dulces de muy buen gusto. Otras hay verdes por fuera y blancas por dentro, son mejores que las coloradas con muchas ventajas. Y al contrario, en muchas regiones mar�timas tienen a las coloradas por mejores que las blancas. Los espa�oles hacen conserva de ella y de otras frutas (despu�s que yo sal� del Per�, que antes no se usaba. En Sevilla vi la del sauintu, que la trajo de Nombre de Dios un pasajero amigo m�o y por ser fruta de mi tierra me convid� a ella).

Otra fruta llaman los indios p�cay y los espa�oles guabas. Cr�ase en unas vainas verdes de una cuarta y m�s o menos de largo y dos dedos de ancho. Abierta la vaina se hallan unas vedejitas blancas ni m�s ni menos que de algod�n, tan parecidas a �l que ha habido espa�oles biso�os que no conociendo la fruta han re�ido con los indios que se la daban, entendiendo que por burlar de ellos les daban a comer algod�n. Son muy dulces. Pasados al sol se guardan largo tiempo. Dentro de las vedejitas o capullos tienen una pepita negra como habas peque�as: no son de comer.

La fruta que los espa�oles llaman peras, por parecerse a las de Espa�a en el color verde y en el talle, llaman los indios palta (porque de una provincia de este nombre se comunic� a las dem�s; son dos y tres veces mayores que las peras grandes de Espa�a). Tiene una vaina tierna y delgada. Debajo de ella tiene la m�dula, que ser� de un dedo de grueso. Dentro de ella se cr�a un cuesco —o hueso, como quieren los muy mirlados. Es de la misma forma de la pera y tan grueso como una pera de las comunes de ac�. No se ha experimentado que sea de provecho para cosa alguna. La fruta es muy sabrosa, muy saludable para los enfermos. Comida con az�car es comer de una conserva muy regalada.

Hay otra fruta grosera, que los indios llaman rucma y los espa�oles lucma (para que no quede sin la corrupci�n que a todos los nombres les dan). Es fruta basta, no nada delicada ni regalada, aunque toca antes en dulce que en agrio ni amargo. Ni se sabe que sea da�osa para la salud, m�s que es manjar bronco y grosero. Son del talle y del tama�o de las naranjas comunes. Tienen dentro de la m�dula un cuesco muy semejante a la casta�a, en el color de la c�scara y en el grueso de ella y en el color blanco de la m�dula, aunque es amarga y no de comer.

Tuvieron una suerte de ciruelas, que los indios llaman �sum. Son coloradas y dulces. Comidas hoy hacen echar otro d�a la orina tan colorada que parece que tiene mezcla de sangre.

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