Se�or general don Desiderio Pav�n
Acabo de recibir y me apresuro a contestar la apreciable de usted, fecha 2 del que cursa.
Me ha causado verdadero disgusto el saber que todav�a a la fecha en que escribe no se le hab�a abandonado a usted el haber que le corresponde y hoy mismo he recomendado al se�or ministro de Hacienda libre sus �rdenes al se�or administrador de la Aduana de Tampico para que pague a usted con toda puntualidad.
Va adem�s esa carta para que usted la mande al se�or Rojas en primera oportunidad.
Haga usted la liquidaci�n de lo que se le debe por cuenta de sueldos atrasados y m�ndemela cuando guste para ver todo lo m�s que pueda abon�rsele, seg�n permitan las circunstancias.
Quedo enterado de lo que me dice acerca de Tamaulipas y ya escribo al general Escobedo para que mande a usted la caballer�a que tiene a sus �rdenes el se�or Fern�ndez Garc�a.
No debe usted entregar el mando al se�or Salda�a; es mejor que aguarde usted un poco y lo entregue al gobernador electo.
Repito a usted lo que ya le he dicho en otra ocasi�n: que obre con la prudencia que sea conveniente para atajar el esc�ndalo, pero que obre con toda energ�a cuando sea indispensable para conservar la paz. Es necesario que acaben entre nosotros los pronunciamientos y que se respeten las leyes porque, de otro modo, jam�s alcanzaremos la reconstrucci�n del pa�s.
Quedo de usted amigo y afect�simo y atento seguro servidor q. b. s. m.
Nota: La carta que va para el se�or Rojas, de Tampico, se incluir� abierta al general Pav�n.