Se�or general don Vicente Jim�nez
He recibido la apreciable de usted fecha 5 del que cursa y he hablado adem�s detenidamente con los se�ores Cuenca y Barrera sobre todo lo relativo a las cosas de ese estado.
Mucho y muy sinceramente celebro que esa enojosa cuesti�n haya terminado como deb�a, de una manera pac�fica, porque el gobierno, lo mismo que jam�s ha tenido predilecci�n personal por ning�n candidato, tampoco ha tenido nunca animosidad de ninguna especie contra ninguna entidad y s�lo quiere que se conserve el orden porque de otro modo jam�s tendr�n utilidad pr�ctica entre nosotros las instituciones republicanas.
Tanto m�s me alegro de lo que ha sucedido, cuanto que francamente sent�a yo una verdadera pena al ver a usted separado de nosotros, teniendo como tiene tan buenos antecedentes en el Partido Republicano y tantos t�tulos, por lo mismo, a nuestra consideraci�n.
Quedo enterado de todo lo que me han manifestado los se�ores Cuenca y Barrera, y puede usted estar seguro de que nada omitir� para llevar a cabo, en el menor tiempo posible, la completa reconstrucci�n de ese estado, dictando cuantas medidas sean convenientes a fin de que las pr�ximas elecciones se hagan con entera libertad y completa independencia, de modo que nada ni nadie pueda malear, en lo m�s m�nimo, el voto de los pueblos.
A fin de dar mayor garant�a a los pueblos de que se cumplir�n fielmente las disposiciones del gobierno, he acordado quede todav�a en ese estado el se�or general Arce con una parte de sus fuerzas.
Yo deseo que el estado vuelva cuanto antes al orden constitucional y que est� regido por autoridades de elecci�n popular; deseo que queden satisfechas las aspiraciones leg�timas de todos para que, en lo posible, todos est�n contentos: pero cuento, para llegar a ese resultado, con la cooperaci�n eficaz, sincera y activa de todos los hombres honrados que desean la tranquilidad y el progreso de la naci�n.
Espero ver a usted pronto por ac� y juzgo, por lo mismo, in�til dar m�s extensi�n a estas l�neas. Aplazo para cuando nos veamos el hablar m�s extensamente de todos esos particulares y, entretanto, me repito de usted amigo sincero y atento seguro servidor q. b. s. m.
(Benito Ju�rez)