Se�or general don Diego �lvarez
He recibido la apreciable de usted fecha 11 del que cursa y con ella los papeles que me acompa�a. Quedo enterado de todo y celebro las medidas de prudencia adoptadas por usted y recomendadas a sus subordinados, porque ellas contribuir�n a llevar a cabo la completa pacificaci�n del pa�s.
En cuestiones dom�sticas como �sas es preferible llegar al arreglo por el camino de la conciliaci�n y en este mismo sentido he escrito a los generales Arce, Eguiluz, Jim�nez y a los se�ores Mont�far y Herrera recomend�ndoles repetidas veces y encarecidamente procuren evitar todo g�nero de disgustos a fin de llegar cuanto antes a la paz sin necesidad de apelar a la guerra.
Ya sabr� usted que los dos, Vicario y Abraham Pe�a, han solicitado indulto del gobierno general, ofreciendo retirarse a la vida privada. Todo me hace esperar que lograremos asegurar el orden en esa localidad.
Creo que ser�a muy conveniente, cuando venga el general Jim�nez, que usted, pidiendo una licencia o de alg�n otro modo, viniese tambi�n a esta capital, a fin de que otra persona que nadie pudiese calificar de parcial en ese g�nero de cuestiones locales fuese provisionalmente a encargarse del mando y expidiera la convocatoria para las elecciones del estado.
Esto, en mi concepto, har�a desaparecer hasta el pretexto de los que procuran justificar su disgusto alegando que la presencia de usted es un obst�culo paara las elecciones.
Una cosa igual acaba de pasar en Yucat�n. Para evitar todo pretexto a los enemigos personales del general Cepeda mand�, con el car�cter de gobernador interino, al se�or Ancona, a fin de que fuese �ste quien hiciese las elecciones y ya me escribe el se�or Cepeda muy complacido de esa determinaci�n.
Por supuesto que al indicar a usted la conveniencia de su venida, no le ordeno que lo haga; �sta es una opini�n personal que no tiene car�cter oficial, pero que suplico a usted medite un poco, porque creo que dar�a resultados inmejorables.
Si usted opina como yo y acepta mi indicaci�n resolvi�ndose a venir, d�gamelo pronto para pensar qui�n va con el encargo de expedir la convocatoria. En todo caso puede estar seguro de que mandar� a una persona enteramente imparcial.
Para dar a los pueblos todo g�nero de garant�as he dispuesto que el general Arce quede all� con la primera brigada de su mando.
Ya recomiendo al se�or general Arce la conveniencia de que se pongan en libertad a los presos que tenga el general Jim�nez de las fuerzas suyas y espero que haga usted lo mismo con los presos que pueda tener de las fuerzas de aquel general.
Por ac� no hay novedad y tengo el gusto de repetirme , como siempre, de usted afect�simo y atento seguro servidor q. b. s. m.
(Benito Ju�rez)