Ju�rez muri� al fin, en julio de 1872. En el momento mismo en que el pueblo lloraba su muerte,se organizaban, nuevamente, los enemigos de su obra. Hubo cuatro a�os de silencio, de amnist�a y de respeto. Mas la dictadura que asalt� el poder, al cabo de ese breve tiempo, junto al cad�ver de Ju�rez orden� enterrar el cuerpo agonizante de la Constituci�n. Y Reforma y reformador hicieron huesos en la misma tumba.
Aquella recia dictadura organiz� levas para el ej�rcito, las f�bricas, las minas, los latifundios, y con ello dio estructura a la prosperidad de una sola industria: la esclavitud de la naci�n. Se cre� la ficci�n de un gobierno sin pol�tica y mucha administraci�n, y un simulacro de paz cuyos tambores bat�an los propios brazos de la miseria.