Existe un par de fuentes primarias fundamental para la reconstrucci�n hist�rica del Ateneo de la Juventud. Con los datos de esas fuentes se han hecho sus mejores historias y, en rigor, todas sus referencias dentro de historias literarias, de las ideas y culturales de M�xico en el siglo XX. Aparte de las dos fuentes, que m�s tarde se describen, hay cuatro testimonios mnemot�cnicos (que tienen tanto de fuente primaria como de reconstrucci�n libre historiogr�fica), que resultan insuperables: "Nosotros", art�culo de Alfonso Reyes (1914); "El movimiento intelectual contempor�neo en M�xico", de Jos� Vasconcelos, conferencia impartida en la Universidad de San Marcos de Lima en 1916; "La Revoluci�n y la cultura de M�xico", de Pedro Henr�quez Ure�a, texto de 1925, y finalmente, "Pasado inmediato", del mismo Alfonso Reyes, publicado en 1941. Todo lo que se ha escrito despu�s acude a ellos de manera invariable. Resulta irresistible entrecomillar algunas de sus frases.
Las dos fuentes primarias aludidas sustentan por lo menos tres de esos testimonios: el de Henr�quez Ure�a y los de Reyes. Una de esas fuentes es la propia escritura de la asociaci�n civil, que data del momento en que cambi� su denominaci�n de Ateneo de la Juventud por la de Ateneo de M�xico, a mediados de 1912. En ella se da la relaci�n de socios fundadores y activos. El documento existe en el archivo de la Academia Mexicana de la Lengua, donde fue consultado por el norteamericano John Schwald Innes para la elaboraci�n de su tesis doctoral, de la que me ocupo adelante. La otra fuente es una carta de Henr�quez Ure�a a Reyes, fechada el 29 de octubre de 1913, en la cual, adem�s de dar la n�mina de atene�stas, le aporta a Reyes un excelente esquema para escribir un art�culo que proyectaba publicar en Espa�a sobre la generaci�n y la vida intelectual en M�xico, cuyo t�tulo ser�a precisamente "Nosotros". Ah� se da el v�nculo entre una fuente y otra.
La carta en cuesti�n se hizo p�blica gracias a Alicia Reyes, quien dio a conocer una muy apreciable selecci�n de correspondencia in�dita de su abuelo en la entrega 10 de Plural, en julio de 1972. De esa carta se sirvi� ampliamente Jos� Rojas Garcidue�as para su libro El Ateneo de la Juventud y la Revoluci�n, publicado en 1979.
El hecho de que las dos investigaciones formales existentes hayan partido de dos fuentes que contienen datos afines pero tambi�n discrepantes, y el que la segunda (Rojas Garcidue�as, 1979) no haya tomado en cuenta a la primera (Innes, 1970), ha propiciado que entre las dos existan algunas divergancias de informaci�n acerca de qui�nes integraron el Ateneo. Por una parte, la fuente de Innes es oficial; por la otra, lo cuidadoso y sistem�tico que siempre fue don Pedro Henr�quez Ure�a le da autoridad a Rojas Garcidue�as, por lo cual debe haber alguna explicaci�n y de hecho la hay acerca de los atene�stas.
Con todo, los textos de Innes, Revolution and Renaissance in Mexico: El Ateneo de la Juventud, y de Rojas Garcidue�as, son los m�s completos y sistem�ticos y los m�s logrados sobre el tema. Comparten amplia informaci�n y existe entre ellos cierta afinidad en la arquitect�nica, en virtud de que los dos siguen la l�nea cronol�gica.
Otros atene�stas, al igual que muchos estudiosos, han publicado tanto recuerdos sobre sus a�os de iniciaci�n intelectual como art�culos y entrevistas en torno al Ateneo. La hemerograf�a es abundante, as� como las referencias en obras generales. Los textos autobiogr�ficos de Vasconcelos, Garc�a Naranjo, Fabela y Fern�ndez Mac Gregor, entre otros, proporcionan m�s que informaci�n, recreaciones y vivencias fundamentales.1