En un libro manuscrito de Copias de documentos insert� don Juan Gavarrete a mediados del siglo pasado el siguiente epitafio destinado a la tumba del conquistador de Guatemala.
El que Augusto le tuvo merecido
En este angosto monumento yace
Y F�nix de sus glorias hoy renace
Burlando su memoria del olvido.
M�xico intime en eco repetido
Alabanzas qe, el tiempo las enlace
Qe, si tanto valor se satisface
Lo qe, a R�mulo Roma le ha debido
Conquista, fundaci�n y poblaciones
Y haber la idolatr�a disipado
Deshaciendo las nieblas de opiniones
Obrando bien con ser Adelantado.
Si hay sujeto capaz de estos blasones
Todo cabe en D. Pedro de Alvarado.
Requiescat in pace.
El maestro Gil Gonz�lez D�vila, en su obra Teatro eclesi�stico (t. I,
p. 140), dice que Juan D�az de la Calle, oficial mayor de la Secretar�a de Nueva Espa�a, dedic� a Alvarado el siguiente epitafio:
Yaze en este angosto monumento el que merec�a
m�s Augusto, que fue para la Nobilissima Ciudad
de Guatimala, lo que para Roma R�mulo; El famoso
por la virtud de su valor y vitorias
Don Pedro de Alvarado, del �bito de Santiago,
Adelantado, Gobernador, Fundador y Poblador
desta Ilustrissima Ciudad de Guatimala.
Que la dio Templos, Leyes, Costumbres y Ritos.
Despu�s de haber deshecho en muchas batallas el
enga�o de la Idolatr�a, poniendo para siempre
cessacion en su Altares y Aras. Paso a la
inmortalidad de que ya goza en el
A�o 1541.