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Cabe ahora señalar un punto importante. Humboldt pudo escribir su vasta obra geográfico-estadística sobre México -las Tablas primero y el Ensayo publicado cuatro años más tarde-24 en virtud de que, como ya dijimos, tuvo acceso a los valiosos materiales del archivo virreinal. Sin embargo, esto fue posible gracias a que, apenas un decenio antes, un ilustrado virrey, el conde de Revilla-Gigedo, había llevado a cabo la compilación estadística más vasta realizada hasta entonces en el virreinato de la Nueva España.25 Ya en 1817 el secretario del Consulado de comerciantes de Veracruz, José María Quirós, había afirmado que los datos estadísticos de esas dos obras clásicas sobre México provenían, principalmente, de los materiales acumulados por orden de Revilla-Gigedo.26 Así, la sección dedicada a la extensión y descripción física del territorio y sus provincias se fundamentó en los informes y en los datos orográficos e hidrográficos recopilados por los subdelegados e intendentes. También utilizó los planos topográficos, los mapas de las provincias y las cartas generales del reino, así como las mediciones geodésicas y los cálculos astronómicos realizados por oficiales del ejército.27

Las estadísticas de población, que aportan datos acerca de todo el virreinato, de las intendencias y de las principales ciudades, y que especifican sexo, edad, grupo étnico y otros datos, fueron tomadas por Humboldt del padrón que Revilla-Gigedo ordenó levantar entre 1791 y 1794, así como de los informes de los intendentes y de libros parroquiales. Las secciones de comercio, minería y rentas del Estado que aparecen en las Tablas se beneficiaron con los informes que se elaboraron para evaluar los efectos del libre comercio en la agricultura, minería, manufacturas, comercio y rentas del Estado.

Debemos subrayar que la sección de Minería -que en el Ensayo político ocupó un volumen y adquirió importancia considerable28 se enriqueció notablemente con los informes antes mencionados, pero también -y este es el aspecto que debe ser puesto de relieve- con la riquísima información que los mineros, metalurgistas y técnicos de la Real Escuela de Minería le entregaron a Humboldt,29 además, obviamente, de las investigaciones particulares y detalladas que el sabio alemán realizó en los reales mineros que visitó y que ya mencionamos.

Por último, las secciones dedicadas a las Rentas del Estado, tanto de las Tablas como del Ensayo, se basaron en la célebre recopilación, ordenada por Revilla-Gigedo y realizada en 1791 por Fabián de Fonseca y Carlos de Urrutia, titulada Historia General de Real Hacienda30 y en el compendio que de ella hizo en 1794 Joaquín Maniau.31

Esta sumaria enumeración explica no sólo la gran riqueza de las dos importantes obras de Humboldt sobre México, sino también el hecho de que el sabio viajero alemán debió sentirse afortunado de poder contar con semejantes fuentes de información que, como para cualquier científico de sus capacidades intelectual y de trabajo, debieron resultarle invaluables.32

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