La colecta es el trabajo de separación de fósiles de la roca o sedimento donde se encuentran, siempre procurando los máximos cuidados para no causarles daño. Para que esta actividad tenga buenos resultados cuenta mucho el estado de preservación en que se encuentren los fósiles, si están articulados (juntos) o son piezas sueltas, su tamaño y, sobre todo, de qué pieza se trata.
Fig. 48. Pubis de un dinosaurio "Pico de pato" incluido en una roca arenisca.
Fig. 49. Fragmento de mandíbula de un mamífero del Jurásico, en Tamaulipas, con una edad aproximada de 180 millones de años.
Fig. 50. Diferentes huesos de la cintura escapular y patas delanteras de un dinosaurio de la familia Hidrosauridae mejor conocido como "Pico de pato".
En el caso de cualquier vertebrado, el cráneo es el elemento más importante porque tiene más partes que facilitan la identificación del animal al que pertenecen. La colecta de estas piezas requiere especial cuidado y atención, sobre todo si se tiene presente su escasez.
Cuando se descubre un ejemplar la primera intención es, casi siempre, tomarlo con las manos. Sin embargo, existe el riesgo de que se rompa. Por ello, el investigador debe percatarse primero del estado de preservación del fósil, observar si está fracturado, o si muestra signos de fragilidad que hagan necesaria la aplicación de sustancias endurecedoras antes de colectarlo.
Cada una de las facetas del trabajo de campo tienen su propia importancia, pero debemos establecer que de todas las técnicas paleontológicas (prospección, colecta, preparación, montaje y duplicación), la que requiere de mayor experiencia y conocimientos es la colecta. De ahí las recomendaciones para extremar cuidados al efectuarla.
Fig. 51. Panorámica de una cantera para recolectar dinosaurios.
En el laboratorio y en el gabinete puede haber las instalaciones más adecuadas y el tiempo necesario para poder desarrollar las tareas necesarias, pero en el trabajo de campo las condiciones y el estado del tiempo son ajenos al control del investigador, por lo que éste debe resolver con la mayor celeridad posible cualquier problema que se presente durante la colecta, lo que garantizará el éxito en el trabajo.
Fig. 52. Dos investigadores transportando una pesada férula de yeso con el esqueleto de un reptil volador en su interior.
2.1 Colecta de ejemplares sueltos y/o aislados
El empleo de martillos de geólogo, picahielo, brochas o cualquier otra herramienta es necesario para aislar los ejemplares del sedimento que los rodea y así poder tomarlo con las manos.
Fig. 53. Picahielos con puntas de diferentes grosores son utilizados para la recolecta de fósiles.
En otros casos lo que se requiere es limpiar muy bien alrededor del fósil y dejarlo en una pequeña base o pedestal en cuya parte inferior pueda introducirse una herramienta adecuada para separarlo de la roca o sedimento, tomarlo con las manos y así colectarlo.
Fig. 54. Limpiando alrededor de un hueso para separarlo de la matriz que lo rodea y recolectarlo.
Una vez separado el fósil de la roca se envuelve en papel suave (como el higiénico, que es muy funcional para esto), de tal manera que quede bien protegido. Enseguida, y dependiendo de su tamaño, se coloca en una bolsa de plástico o en un empaque adecuado para el transporte hasta el laboratorio donde, posteriormente, se preparará para su conservación permanente. Otro material recomendable para envolver es el papel aluminio, pero no se recomienda para ejemplares muy frágiles porque es muy duro y rígido y por esto los puede romper.
Fig. 55. Envolviendo un hueso en papel higiénico.
Es muy importante que en la bolsa de plástico o empaque se anoten con marcador de tinta indeleble al menos los siguientes datos: fecha, localidad y nombre del colector. También han de incluirse en la libreta de notas de campo.
Fig. 56. Colocando un hueso en una bolsa de recolecta con los datos requerido escritos sobre ella con un marcador de tinta indeleble.
2.2 Colecta de ejemplares articulados
En algunos casos un hueso puede estar articulado con otros de un mismo ejemplar o asociado con otros de diferentes organismos.
Fig. 57. Vértebras caudales de un dinosaurio, dos de ellas articuladas y en un excelente estado de preservación, en contraste con los mostrados en la figura 58.
Fig. 58. Un verdadero rompecabezas de huesos de dinosaurio.
Por eso resulta conveniente limpiar hacia todos los lados del ejemplar, con lo que podemos notar si es un fósil aislado o está articulado con otros. La manera más práctica de hacerlo es retirando el sedimento, haciéndolo siempre en forma horizontal y dejando espacios amplios. La limpieza debe hacerse, pues, de tal forma que los fósiles queden aislados por completo del sedimento que los rodea, a excepción de su base.
Fig. 59. Aspecto del trabajo de recolecta de un conjunto de huesos fósiles.
Fig. 60. La limpieza debe realizarse hacia los lados de los ejemplares lo más ampliamente posible, siempre de forma horizontal.
Fig. 61. Ejemplo de una cantera en la que los ejemplares empiezan a dejarse sobre un pedestal.
En el caso de los ejemplares articulados o asociados con otros, sea encima de ellos o formando un conjunto donde todos tengan una dirección distinta, es preferible mantenerlos juntos hasta hacer una cuadrícula y un dibujo donde se registre la información de cómo se encontraron.
Fig. 62. Una cantera con huesos que probablemente pertenecen a un mismo ejemplar, pero que están desarticulados.
Existen lugares en los que se encuentra una gran cantidad de fósiles, a veces de un solo animal, o de varios.
Fig. 63. Cantera 7A en el Cerro de los Dinosaurios. En este lugar se han recolectado restos de por lo menos dos dinosaurios diferentes.
Igual que vimos antes para los casos de unos cuantos restos, es necesario limpiar lo mejor posible hacia los diferentes lados, para dejar al descubierto todos los que sea posible. Es importante tener presente que en algunas ocasiones el trabajo en cantera se prolonga por mucho tiempo, a veces años.
Fig. 64. Dos integrantes de la comisión de Paleontología de la SEP-Coahuila en una de las varias temporadas de recolecta en la Cantera 7A.
Antes de levantar cualquier ejemplar debe hacerse una cuadrícula, idealmente de 1 m de largo por 1 m de ancho, procurando abarcar todos los ejemplares descubiertos.
Fig. 65. Cuadrícula elaborada sobre una cantera con fósiles.
El punto o cota cero ("0") debe fijarse con ayuda de la brújula o el geoposicionador y siempre debe conservarse porque, si después aparecieran más ejemplares y se hace necesario ampliar o profundizar la cantera, ese mismo punto servirá como referencia.
Una vez marcado, se sostiene la brújula sobre el punto y se determina la dirección hasta otro objeto prominente, que puede ser una estaca, y se mide y registra la distancia entre ambos elementos.
Fig. 66. Detalle de la cuadrícula hecha en la Cantera 7A.
La extensión de la cuadrícula en cuanto a su largo y ancho, debe abarcar todos los fósiles expuestos.
Fig. 67. Aspecto de la Cantera 1 en el Cerro de los Dinosaurios.
La cinta que se utilice debe estar tensa y horizontal.
Fig. 68. Haciendo la cuadrícula.
Otros puntos dentro del área pueden localizarse por medio de la intersección de dos puntos conocidos, por ejemplo de los marcados 1 m al Norte y otro al Este, o pasando una línea transversal por los puntos, de tal manera que se forme la cuadrícula.
Fig. 69. Detalle de dos puntos de intersección de una cuadrícula sobre una férula de yeso que contiene un ejemplar fósil.
Debe identificarse con números cada uno de los ejemplares descubiertos, mismos que han de aparecer en el dibujo que se elabore, de preferencia en papel cuadriculado o milimétrico.
Fig. 70. Cada uno de los huesos encontrados deben identificarse con números.
Fig. 71. Dibujo de la Cantera 7A y cómo se encontraron los fósiles en ella.
Asimismo, se determina hacia dónde queda el Norte, de manera semejante a como se hace en los planos arquitectónicos. Esta información es muy importante porque ayuda a los paleontólogos a conocer mejor la tafonomía del sitio de colecta, esto es, cómo vivieron, murieron y se fosilizaron los organismos descubiertos.
2.4 Elaboración de férulas de yeso
Cuando los huesos son muy grandes, frágiles o están articulados y se pretende mantenerlos unidos, es aconsejable elaborar férulas de yeso sobre ellos, tal como cuando alguien se fractura algún hueso. Esto contribuirá a que el trabajo de colecta sea exitoso.
Fig. 72. Férula de yeso o "jacket" conteniendo el esqueleto parcial de un reptil volador.
Las férulas tienen muchas funciones y ventajas, por ejemplo sirven para mantener en un solo sitio los pedazos de un ejemplar que se encontró roto, transportar adecuadamente los fósiles hacia el laboratorio sin que sufran mayores daños, o mantener juntos los huesos que se encontraron articulados y, por ende, facilitar la limpieza de los ejemplares en el laboratorio.
Fig. 73. Una férula de yeso conteniendo en un solo lugar los diferentes pedazos de un hueso roto pero completo.
Para hacer una férula de yeso es necesario colocar cada ejemplar a colectar en un pedestal, cuya base o parte inferior sea más delgada que la parte superior.
Fig. 74. Haciendo un pedestal a un hueso para ser recolectado por medio de una férula de yeso.
Fig. 75. Detalle de la elaboración de un pedestal.
Si se hace así, se asegura que al terminar la férula y ésta seque, el ejemplar estará completamente dentro de ella al voltearlo.
Fig. 76. Otro ejemplo de cómo hacer los pedestales.
En cuanto a las características del pedestal, el ancho debe ser un poco más grande que la parte del fósil que está al descubierto.
Fig. 77. Huesos de dinosaurio sobre pedestales.
Fig. 78. Al igual que el juego de "palitos chinos" es necesario primero sacar un hueso y luego los demás.
Aquí es importante que, una vez limpio y descubierto el material, se identifique la pieza y determine su tamaño; esto ayudará a no romperlo y asegurará que se colectó completo.
Fig. 79. Dibujos de diferentes huesos de Hadrosaurios recolectados en Coahuila.
El hueso se cubre por completo con papel higiénico húmedo en otro papel que sirva como un separador que lo aísle perfectamente del yeso con el que se cubrirá después.
Fig. 80. Humedeciendo un hueso para ponerle encima papel higiénico.
Fig. 81. El hueso y la base se deben humedecer completamente.
Fig. 82. Colocación del papel sobre el hueso.
Fig. 83. Aspecto de la colocación del papel sobre el hueso.
Fig. 84. El hueso debe cubrirse completamente con varias capas de papel.
En un recipiente con agua se remojan vendas de yute o algodón previamente cortadas.
Fig. 85. Las vendas obtenidas a partir de costales de yute son lo mejor para hacer las férulas de yeso.
El ancho y largo debe ser proporcional al tamaño de la férula que se va a elaborar; esto es, mientras más grande sea, las vendas serán más anchas y largas.
Fig. 86. El ancho de las vendas depende del tamaño y peso de la férula que se va a hacer.
Fig. 87. Otro aspecto a tomar en cuenta al cortar el yute es su longitud, ya que las vendas deben ser fáciles de manejar y colocar sobre los huesos.
Las vendas se sacan del recipiente con agua, se exprimen y se dejan cerca del lugar donde se hará la férula.
Fig. 88. Las vendas de algodón son bastante buenas para hacer férulas de yeso.
Fig. 89. Preparando la mezcla de yeso, en un recipiente amplio.
A otro recipiente grande con agua se le agrega yeso pero no se revuelve sino hasta que la mezcla se sature. Esto se nota cuando el yeso alcanza la superficie del agua.
Fig. 90. El yeso se agrega al agua, nunca el agua al yeso.
Fig. 91. Saturación de la mezcla yeso-agua.
Mientras se hace la mezcla se introducen las vendas de tal forma que se desenrollen y enrollen una vez más, pero impregnadas del yeso.
Fig. 92. Humedeciendo completamente las vendas de yeso.
Las vendas se colocan sobre el hueso y el pedestal desde la parte inferior del pedestal y comenzando desde lo más alto del hueso, en ese orden. Seguir esta secuencia es muy importante.
Fig. 93. Colocando las vendas sobre el hueso.
Fig. 94. Las vendas deben colocarse desde la parte inferior del pedestal, de un extremo al otro en forma de zig-zag.
Fig. 95. Se debe cubrir totalmente el hueso.
Fig. 96. Las vendas se ajustan al hueso evitando dejar "bolsas de aire" que hagan frágil a la férula.
Además, deben ponerse en forma de zig-zag, es decir, cruzadas sobre el hueso hasta cubrirlo por completo. Esta forma de colocación le dará mayor resistencia a la férula.
Fig. 97, 98, 99. Aspectos de la colocación de vendas con yeso sobre un solo ejemplar. Nótese que no está totalmente cubierto con papel higiénico. Esto se hizo a propósito para ilustrar los diferentes aspectos de la recolecta y elaboración de férulas de yeso, pasando por los diferentes pasos anteriormente expuestos.
Cuando el hueso sea grande y pesado deben ponerse varias capas de vendas con yeso para asegurar que tenga la resistencia adecuada para su protección y transportación.
Fig. 100, 101. Reforzamiento de férulas de yeso sobre huesos de gran tamaño y peso.
Por último, se pondrán las vendas en la base del pedestal y alrededor del ejemplar, uniendo todas las puntas de las vendas. También es necesario poner un poco de yeso sin vendas para engrosar la férula y así darle un ancho más adecuado para que no se rompa.
Fig. 102. Una férula de yeso terminada.
Cuando el ejemplar es muy grande y pesado puede ser necesario poner encima de la férula pedazos de madera o tablones unidos a ella con otras vendas. Éstas servirán como base para su transportación.
Fig. 103. Un enorme "jacket" sirvió para recolectar docenas de huesos que fueron transportados al laboratorio. Se ponen pedazos de madera o tablones unidos encima de la férula con otras vendas.
Fig. 104. La férula de la figura 103 al momento de voltearla para su transportación.
Fig. 105. La misma férula de la figura 103 cuando es preparada en el laboratorio.
Se deja secar el yeso y después, con ayuda de un martillo o cualquier otra herramienta, y desde luego con mucho cuidado, se hacen agujeros en la base del pedestal para que el paquete formado por el hueso incluido dentro de la férula se separe del sedimento al que estaba unido.
Fig. 106. Varias férulas listas para ser volteadas.
Fig. 107. Con un pico de geólogo se pega en la base de la férula para separarla del sedimento.
Con un movimiento firme y seguro, se voltea la férula de modo que quede asentada sobre el yeso.
Figs. 108 y 109. Se voltea con movimientos firmes y seguros la férula de yeso.
Si el ejemplar es demasiado grande, tal vez sea necesario hacer varios agujeros en la base de la férula, introducir en ellos lazos y amarrarlos en forma tal que "abracen" al sedimento y al hueso dentro de la férula. Esto permitirá que la férula no se "vacíe" por su gran peso, al hacer el movimiento necesario para voltearla.
Hecho lo anterior, se quita el exceso de sedimento que queda en la parte superior de la férula; con esto se aligera su peso.
Fig. 110. Quitando exceso de peso a la férula.
Para terminar, se prepara nuevamente una mezcla de yeso y se vacía sobre la férula de manera que quede como una tapa que le dé más rigidez y fortaleza.
Fig. 111. Férula volteada y con su tapa de yeso encima de ella. Nótense los "troncos" que ayudaron a transportarla como si fuera una camilla.
Si se siguen estos pasos, el ejemplar colectado se podrá transportar de forma muy segura al laboratorio, donde continuarán los procesos de preparación, montaje y duplicación.
Fig. 112. Transportando las férulas sobre una carrretilla.
Mientras tanto, llegar a este punto será motivo de gran satisfacción para todo investigador que, con su trabajo, contribuirá a darles nueva "vida" a los restos fósiles que descubrió.
