10. Constantinopla, Estambul


Corresponde a la sesi�n de GA 3.110 CONSTANTINOPIA, ESTAMBUL

Despu�s de la divisi�n del Imperio romano en Oriente y Occidente y de la muerte del emperador Teodosio I en el a�o 395, Roma, capital del Imperio de Occidente, debilitado pol�tica y econ�micamente, cay� en poder de los b�rbaros en el a�o 476.

Por tal motivo, Constantinopla se convirti� en heredera de lo que fue el gran Imperio romano. A lo largo de casi diez siglos de existencia, este imperio cre� una imponente cultura formada por infinidad de elementos culturales tomados de otros pueblos. Esto se debi� en gran medida a su situaci�n geogr�fica.

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En el aspecto pol�tico, en Constantinopla se conjugaron la tradici�n pol�tica del antiguo Imperio romano y el estricto orden jur�dico de las instituciones de gobierno con los elementos culturales de los griegos -el orden en las cosas y la raz�n como herramientas para comprender el mundo- y con las tradiciones de los pueblos del Medio Oriente, que elevaron la persona del emperador a un plano divino debido a su profunda religiosidad. El emperador era la �nica autoridad en torno a la cual giraba la vida del imperio.

En el �mbito religioso, la vida cristiana del Imperio bizantino era administrada, en un principio, desde Roma por el Papa, jefe de la Iglesia cat�lica; este �mbito era el �nico v�nculo fuerte que un�a a Oriente con Occidente. Sin embargo, este v�nculo se fue deteriorando a causa de los constantes conflictos religiosos que surgieron entre las dos partes, como las excomuniones -separaci�n de la Iglesia- de los patriarcas bizantinos, decretadas por el Papa; el conflicto iconoclasta -la prohibici�n a la veneraci�n de im�genes cristianas en el Imperio bizantino-, y la separaci�n definitiva de las Iglesias en Apost�lica Romana, en Occidente, y Ortodoxa Griega, en Oriente.

En su momento de gran esplendor, el Imperio bizantino se convirti� en un poderoso centro de compra y venta ya que, a trav�s de Constantinopla, los productos naturales y manufacturados de Oriente, como las especias y telas se hac�an llegar a Occidente por tierra o por el Mediterr�neo. As� pues, Bizancio sirvi� como punto de enlace comercial entre Oriente y Occidente.

A pesar del esplendor que distingui� a esta civilizaci�n, tras una larga agon�a ocasionada por diversos problemas internos, Constantinopla cay� en poder de los turcos otomanos en 1453. Con esto cae un gran imperio, pero surge uno nuevo: el Imperio otomano.

En el periodo que va del siglo XI al XIV, oleadas de tribus turcas y mongolas, procedentes del centro y sur de Asia, se establecieron en los territorios del Islam, y, con el paso del tiempo, se convirtieron a esta religi�n. Una de estas tribus fue la de los turcos otomanos, que tras constantes enfrentamientos b�licos se fueron apoderando de gran parte de los dominios musulmanes para formar, posteriormente, el gran Imperio otomano.

A principios del siglo XI, Europa se encontraba cada vez m�s acechada por los nuevos musulmanes: los turcos otomanos. Constantinopla, capital del Imperio Bizantino, enfrentaba el serio riesgo de perder su territorio ante la amenaza de los turcos, por lo que solicit� ayuda al Papa Urbano II de Roma, argumentando la necesidad de que toda la Europa cristiana se uniera para recuperar los lugares santos que estaban en poder del Islam.

El Papa acept� esta petici�n y convoc� a una serie de expediciones militares llamadas cruzadas, que duraron aproximadamente del siglo XI al XV y con las que se pretend�a recuperar para el cristianismo los territorios que hab�an ca�do bajo el poder musulm�n.

A medida que avanzaban las cruzadas surgieron nuevos intereses. La Iglesia romana vio la posibilidad de extender sus dominios hacia el Oriente y los se�ores feudales europeos deseaban adquirir nuevas riquezas y territorios.

Con las cruzadas se pudo recuperar Jerusal�n, pero la Iglesia romana fracas� en su intent� de recuperar, para el cristianismo, el Medio Oriente musulm�n.

En 1453, la ciudad de Constantinopla cay� en poder de los turcos otomanos tras una larga agon�a, debido a los constantes enfrentamientos internos de los grupos sociales que intentaban controlar el poder imperial; la separaci�n de las Iglesias cristianas de Oriente y Occidente; los constantes ataques de que era objeto por parte de los pueblos cristianos europeos; y la p�rdida del control econ�mico y comercial bizantino concedido a los comerciantes italianos.

Posteriormente, Constantinopla se convirti� en la capital del Imperio otomano y tom� el nombre de Estambul.

Hacia el siglo XV, el Imperio otomano abarcaba toda la regi�n de los Balcanes, el norte de �frica, Anatolia y el Medio Oriente; fue en este momento que el imperio vivi� su mayor poder�o como potencia militar.

Tras haberse apoderado de todo este territorio, los otomanos se convirtieron en una potencia econ�mica, dominaron zonas mar�timas y terrestres tan importantes para Europa occidental como el mar Mediterr�neo y la Ruta de la Seda.

Lo anterior caus� graves problemas a los pa�ses europeos que no estaban bajo el dominio del Islam, los otomanos les bloquearon el comercio por el mar Mediterr�neo, separando as� a Oriente de Occidente.

Algunos historiadores opinan que fue por lo anterior que algunos pa�ses europeos, como Portugal y Espa�a, iniciaron viajes de navegaci�n en busca de nuevas rutas para llegar a la India y adquirir especias del Oriente, tan necesarias por la conservaci�n de sus alimentos y otras mercanc�as. Concluyen que fue a ra�z de estos acontecimientos que se dio el descubrimiento de Am�rica.

Para concluir, cabe mencionar que el Imperio otomano se fue debilitando poco a poco; tuvo que enfrentarse a potencias como Rusia, Venecia y Austria, entre otras, tras lo cual sobrevino su decadencia.


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