9. La primera revoluci�n del siglo XX


Corresponde a la sesi�n de GA 3.9 LA PRIMERA REVOLUCI�N DEL SIGLO XX

Las condiciones pol�ticas, econ�micas y sociales que exist�an en M�xico, a principios del siglo XX, comenzaron a resquebrajar la llamada "paz porfiriana". La oposici�n a! r�gimen de D�az se increment� e incluy� a amplios sectores de profesionistas - periodistas y abogados, principalmente- que no ten�an acceso a las decisiones de la administraci�n y la pol�tica del gobierno, ya que s�lo los "cient�ficos" ocupaban los principales puestos p�blicos y manten�an gran lealtad a D�az que, a cambio, les prodigaba privilegios.

La oposici�n se hab�a conformado a trav�s de los "clubes liberales", como el que dirig�a Camilo Arriaga, que desde 1900 convoc� a una reuni�n nacional para defender los principios de la Constituci�n de 1857. En 1901 se llev� a cabo el Congreso Liberal, al cual asistieron importantes opositores a D�az, como Ricardo Flores Mag�n, Juan Sarabia y otros; de dicho congreso surgi� la Confederaci�n de Clubes Liberales cuya tarea era propagar las ideas liberales: la libertad de prensa, la resoluci�n del problema agrario, el mejoramiento de las condiciones de los trabajadores, reafirmar la validez del sufragio y la supresi�n de la reelecci�n. El gobierno de D�az reprimi� las asambleas de los liberales, persigui� y encarcel� a muchos de sus participantes. Varios huyeron a los Estados Unidos, entre ellos, los hermanos Flores Mag�n, quienes desde ah� siguieron haciendo su labor de propaganda contra el gobierno porfirista a trav�s de peri�dicos como Regeneraci�n, Renacimiento y otros m�s. Tambi�n desde ah� dirigieron al Partido Liberal Mexicano que tuvo un importante papel en la agitaci�n pol�tica de los campesinos y trabajadores en los a�os siguientes.

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Junto con Arriaga y Sarabia, los hermanos Flores Mag�n (Ricardo, de lentes e inclinado, y Enrique, atr�s suyo) fueron los precursores ideol�gicos de los movimientos sociales mexicanos de principios de siglo.

Por su parte, los trabajadores tambi�n dieron muestras de una creciente inconformidad con huelgas; los casos m�s importantes sucedidos en 1906, fueron las huelgas de la mina de Cananea y la de la f�brica textil de R�o Blanco, cuyos trabajadores sufrieron la represi�n por parte del gobierno y de los due�os de las empresas.

En 1908 dos sucesos importantes comenzaron a cambiar el rumbo de la pol�tica mexicana: D�az declar� al periodista estadounidense James Creelman que estaba dispuesto a dejar el poder, con lo que nacieron aspiraciones por sustituirlo entre los integrantes de su gabinete y otros sectores de la sociedad; y, poco tiempo despu�s, Francisco I. Madero - hacendado coahuilense - public� un libro denominado La sucesi�n presidencial en 1910, en donde trat� los problemas nacionales y adopt� la bandera antirreeleccionista. As�, Madero se dio a conocer entre los opositores a D�az e inici� una campa�a por todo el pa�s para propagar su propuesta democr�tica, con lo que consigui� muchos simpatizantes y, en abril de 1910, fue designado por el Partido Antirreeleccionista candidato a la presidencia. Durante su campa�a pol�tica, propuso cumplir la Constituci�n de 1857, hacer efectiva la independencia entre los poderes Legislativo y Judicial, otorgar libertad de los municipios, desaparecer las jefaturas pol�ticas, fomentar la ense�anza con libertad, mejorar las condiciones de vida de los m�s despose�dos y desarrollar la agricultura.

D�az no toler� a Madero ni a las promesas democr�ticas que le permitieron ganar muchos adeptos, as� que lo mand� encarcelar en plena campa�a. El resultado de las elecciones de 1910 fue que D�az volvi� a reelegirse, con lo cual provoc� una generalizada protesta; el gobierno recurri� a la habitual represi�n violenta y encarcel� a sus oponentes. Por ello, Madero se convenci� de que no quedaba otro camino que la lucha armada: logr� escaparse de la prisi�n y huy� a los Estados Unidos para, junto con los liberales que ah� se refugiaban, llamar al pueblo a la lucha. Proclam� el llamado Plan de San Luis en el que, entre otros puntos, declaraba el desconocimiento de las elecciones, la no reelecci�n, y design� el d�a 20 de noviembre como la fecha de inicio de la lucha armada contra el gobierno, tambi�n anunci� que las tierras ser�an restituidas a los campesinos despose�dos por la aplicaci�n de la Ley de Colonizaci�n y Terrenos Bald�os. Este �ltimo punto provoc� que miles de campesinos hicieran caso al llamado de Madero y as� se inici� el movimiento con el cual D�az dej� definitivamente el poder.

El descontento generalizado de la poblaci�n y los enfrentamientos armados dieron la victoria a la revoluci�n maderista. Con los Tratados de Ciudad Ju�rez el gobierno negoci� la renuncia de D�az, se form� un gobierno provisional y se organizaron nuevas elecciones, de las cuales Madero gan� la presidencia y Pino Su�rez la vicepresidencia en noviembre de 1911.

Madero, pese a su ideal democr�tico, gobern� sin fortuna: en su af�n de paz y pluralidad permiti� que su administraci�n quedara integrada con un gran n�mero de antiguos colaboradores de D�az, especialmente en los poderes Legislativo y Judicial, as� como en el ej�rcito. Tuvo que hacer frente a la rebeli�n armada de antiguos partidarios de su movimiento revolucionario, como la de Pascual Orozco en el norte y la de Emiliano Zapata en el sur, por no hacer efectivas las medidas de restituci�n de tierras a los campesinos. Tambi�n los viejos porfiristas organizaron rebeliones, como la dirigida por el general Bernardo Reyes y la del sobrino de don Porfirio, F�lix D�az, a los que perdon� la vida y s�lo encarcel�.

Ante este clima de inconformidad los contrarrevolucionarios, es decir, viejos partidarios porfiristas, como el general Mondrag�n y el propio F�lix D�az, apoyados por el embajador de Estados Unidos, Henry Lane Wilson, organizaron el golpe de Estado. El general Victoriano Huerta, al que Madero hab�a confiado la defensa de su gobierno, cometi� traici�n y se ali� a los golpistas; Madero, abandonado, fue finalmente asesinado en 1913.

Victoriano Huerta usurp� la presidencia e inici� un gobierno de brutal represi�n contra quienes clamaban por el respeto al orden constitucional y condenaban el asesinato de Madero y Pino Su�rez. El gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, desconoci� a Huerta y, con el Plan de Guadalupe, promovi� la lucha armada en contra del traidor, a la que se sum� el gobernador de Sonora, Ignacio L. Pesqueira, y otros combatientes del movimiento maderista de 1910, como Alvaro Obreg�n, Pancho Villa y el propio Emiliano Zapata.

As�, dio inici� la guerra revolucionaria que se prolong� a�n despu�s de la derrota de Huerta - en 1914 - al no haber acuerdo entre los tres principales jefes de los ej�rcitos revolucionarios. Por un lado se encontraba el ej�rcito constitucionalista al mando de Venustiano Carranza, que luchaba por restituir el orden constitucional, pero no contemplaba dar respuesta inmediata a las demandas de los trabajadores y los campesinos. Por lo mismo, Carranza no ten�a simpat�a por los otros dos importantes ej�rcitos revolucionarios: el de Villa - formado por un numeroso grupo de rancheros, campesinos jornaleros y peque�os propietarios del norte del pa�s que luchaban para combatir a los grandes latifundios -; y el de Zapata - quien dirig�a principalmente a pueblos indios de Morelos, Guerrero y M�xico -, quienes demandaban la restituci�n inmediata de sus tierras.

En 1914 las tres facciones revolucionarias se reunieron en una convenci�n para elegir un gobierno provisional. Carranza no reconoci� al gobierno de la Convenci�n y se proclam� presidente interino, como lo declaraba el Plan de Guadalupe. La revoluci�n entr� a la fase m�s sangrienta en donde combatieron entre s� las fuerzas constitucionalistas de Carranza y las del gobierno de la Convenci�n, formadas por las facciones de Villa y Zapata. Con la participaci�n de Alvaro Obreg�n, el ej�rcito constitucionalista venci� a Villa, mientras en el sur los zapatistas se vieron poco a poco reducidos a una guerra de guerrillas. En 1916, Carranza convoc� a un Congreso Constituyente para reformar la Constituci�n de 1857. Gracias a las apasionadas intervenciones de congresistas que llevaron al constituyente las demandas de trabajadores y campesinos - quienes participaron desde el movimiento maderista -, se redact� una nueva constituci�n que plasm� las demandas populares en art�culos como el 3�, 27� y 123�. El 5 de febrero de 1917, la nueva constituci�n - vigente a la fecha - fue jurada por Venustiano Carranza, quien posteriormente fue electo presidente constitucional.

Emiliano Zapata fue asesinado a traici�n y bajo enga�os en 1919. M�s tarde, en 1920, el presidente Carranza encontr� la muerte en medio de un nuevo levantamiento, esta vez contra su gobierno, encabezado por su antiguo brazo derecho en la lucha armada: Alvaro Obreg�n. En el siguiente art�culo se recordar�n estos hechos y lo que despu�s ocurri�.


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