Pongo
el o�do atento al pecho
como, en la orilla, el caracol al mar.
El poeta
compara la atenci�n que pone a lo que pasa en su pecho, con un caracol junto al
mar. Juega con la similitud que hay entre la forma del o�do y la de un caracol
marino para construir una imagen po�tica.
S� por
qui�n late as�, pero no puedo
decir por qu� ser�.
En este fragmento
el autor confiesa su imposibilidad para ponerle nombre a las intensas
sensaciones que le despierta cierta persona, �sa y no otra, reconocida por �l.
Esta situaci�n es com�n cuando se experimentan algunos sentimientos, como el
enamoramiento.
Oigo mi coraz�n latir sangrando
y
siempre y nunca igual.
Aqu� el poeta muestra que cuando las personas
sienten fuertes emociones, como amor, enojo o miedo, manifiestan intensas
sensaciones f�sicas que no se perciben cuando est�n tranquilas. Al decir
“siempre y nunca”, palabras aparentemente opuestas e
irreconciliables, el poeta expresa que su coraz�n siempre ha latido, pero nunca
con esa fuerza.
Si empezara a decirlo con fantasmas
de palabras y enga�os, al azar.
El poeta relaciona
“fantasmas” con “palabras” para dar a entender que
las palabras son difusas, vagas, imprecisas o insuficientes, como los
fantasmas, para nombrar apropiadamente sus emociones.
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