Entre muchos maestros a�n predomina la idea de que su funci�n es “dar la clase”, es decir dar informaci�n y explicaciones a los alumnos. Hoy se entiende que ense�ar es guiar y brindar asistencia a los alumnos para mejorar su desempe�o como lectores, escritores y hablantes de una lengua. Un maestro transmisor de informaci�n limita a sus alumnos al papel de espectadores pasivos. Los nuevos materiales de Espa�ol invitan al maestro a convertirse en organizador y acompa�ante de sus alumnos; un acompa�ante que ofrezca a los alumnos su experiencia y conocimiento para que ellos puedan hacer, con su ayuda, lo que no podr�an hacer solos. Por ejemplo: interpretar o elaborar textos, plantear preguntas, buscar informaci�n, resolver problemas, investigar y comunicar los resultados de su investigaci�n.
Elaborar el pensamiento propio alrededor de lo que se lee o escribe requiere oportunidades, tiempo y apoyos suficientes para dialogar, narrar, explicar, argumentar, repensar ideas y buscar mejores formas de expresarlas, plantear hip�tesis, y ensayar interpretaciones. Estas son las tareas que el maestro puede organizar y apoyar.