Reapareció en la gubernatura Mariano Riva Palacio. Le correspondió llevar a cabo tres tareas de trascendencia: la promulgación de una nueva constitución en 1870, la introducción oficial del positivismo en el ámbito educativo y un nuevo impulso a las obras públicas. La nueva constitución en realidad era un ajuste de la de 1861. Suprimió lo que era mera repetición de la general del 57 y, por otra parte, fue más allá al declarar con todas sus letras la libertad de creencia; estableció el voto directo para gobernador, fortaleció el Poder Judicial y definió mejor las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo.
En cuanto al positivismo, Riva Palacio se puso en contacto con el más connotado representante de esa corriente en México, Gabino Barreda, quien dirigió una carta al propio Riva Palacio en la que se proponían criterios fundamentales de una planificación de estudios: conocimientos enciclopédicos que se impartirían conforme a la comprobación científica experimental, que hicieran de toda la educación en México un sistema de orden y unificación nacionales. En tal virtud, el Instituto Literario de Toluca abandonó la antigua tradición recibida del Colegio de San Gregorio, más o menos mantenida desde 1847, y se apresuró a seguir el modelo de la Escuela Nacional Preparatoria.
Las obras públicas habían sido la pasión de Riva Palacio. Esta vez, contando con el arquitecto Ramón Rodríguez Arangoity, construyó el palacio de gobierno y el de justicia y dio inicio al municipal. Por otra parte, el mismo arquitecto llevaba a efecto la construcción de una nueva iglesia parroquial, obra promovida por el cura fray Buenaventura Merlín, a quien se debe también una sección de los portales. Todo ello iba definiendo un estilo que seguirían en las siguientes décadas muchas de las moradas particulares del centro toluqueño y que había de dar a la población su unidad arquitectónica.
En mayo de 1872 llega otro mandatario, Jesús Alberto García. Alcanzó éste a promover de modo significativo la instrucción pública primaria, haciéndola gratuita y obligatoria. Estableció en cada municipio una Junta, impuso un sistema de inspectores y fundó la carrera de profesor en el Instituto Literario. Le tocó también al gobierno de García estrenar el ferrocarril México-Veracruz, que atraviesa la zona oriental de la entidad. Asimismo, el gobernador García expidió dos códigos de importancia: el Penal y el de Procedimientos Judiciales.