La lucha contra Huerta no se generalizó en la entidad hasta junio de 1913 con las correrías de Enrique Estrada, Lauro Haro y los hermanos Roberto y Manuel Moreno; pero la verdad es que carecieron de la fuerza para desestabilizar al gobierno del estado, máxime que algunas medidas en favor de los obreros tomadas por el presidente mantuvieron a éstos al margen de la insurrección. Pero el 8 de julio de 1914, previos combates cerca de Tequila, el Ejército Constitucionalista, encabezado por Álvaro Obregón, hizo su entrada triunfal en Guadalajara. Con antelación el general Manuel M. Diéguez había sido nombrado gobernador de Jalisco. Asimismo, antes de que los revolucionarios ocuparan la ciudad, el gobernador Mier había partido con sus tropas, pero fue alcanzado y vencido por un contingente al mando del general Lucio Blanco en un punto denominado El Castillo, donde el propio Mier resultó muerto.
Huerta comprendió que la entrada de los constitucionalistas en Guadalajara significaba el camino franco a la capital del país, por lo que renunció siete días después. De esta manera, a mediados de agosto, Obregón y su ejército arribaron a la ciudad de México y, el 20 del mismo mes, se le brindó un apoteósico recibimiento a Venustiano Carranza.
Una vez en el poder, Diéguez se dio a la tarea de plantear un ambicioso conjunto de reformas que comenzó por suprimir los cantones y departamentos, a fin de fortalecer a los municipios, y ordenar un aumento generalizado de sueldos a los maestros y otros empleados públicos. Asimismo, ante el apremio de la falta de circulante, dispuso la inmediata emisión de papel moneda.
Las medidas dictadas por Diéguez minaron sensiblemente la hegemonía del clero y de las organizaciones afines. Entre otras, el gobernador autorizó y alentó a los ayuntamientos para que utilizaran edificios eclesiásticos como escuelas y el 4 de septiembre promulgó la secularización completa de la enseñanza elemental. Además, dispuso la creación de la Escuela Preparatoria de Jalisco con el mismo plan de estudios de la Nacional.
Tras el rompimiento de Francisco Villa y Carranza, la Soberana Convención de Aguascalientes desconoció a este último como presidente provisional y en su lugar nombró a Eulalio Gutiérrez, en octubre de 1914. Estas decisiones debilitaron en forma considerable la posición de Diéguez en Jalisco. Así que cuando Villa arremetió contra Guadalajara, con el beneplácito de la oligarquía estatal, Diéguez tuvo que retirarse a Ciudad Guzmán y Villa nombró gobernador de Jalisco a Julián Medina.
En los primeros días de 1915, Diéguez retornó a Guadalajara con su ejército fortalecido y se posesionó de la ciudad; no obstante, el 30 de enero, cuando parecía que se había limpiado a Jalisco de villistas, Julián Medina irrumpió en el corazón mismo de la capital tapatía, pero de inmediato fue rechazado.
Nuevas incursiones hicieron retroceder por segunda vez a Diéguez hasta Ciudad Guzmán, y el 11 de febrero de 1915 las tropas de Villa ocuparon otra vez Guadalajara. Finalmente, buscando mejor refugio, Diéguez se instaló en Colima. Como el grueso de los villistas partió al norte para combatir a Pablo González, quedando a cargo de la compañía en Jalisco Julián Medina, Rodolfo Fierro y Calixto Contreras, el 18 de abril Diéguez arremetió de nuevo y logró posesionarse de Guadalajara al recibir el refuerzo enviado por Carranza, tan sólo unos días después de la derrota que Obregón propinara al "Centauro del Norte" en Celaya. Con esto el constitucionalismo se asentó de manera definitiva y dio lugar a que las nuevas leyes fueran por fin llevadas a la práctica. Entre los nuevos preceptos, la legalización del divorcio fue el que encontró mayor oposición; sin embargo, también fue trascendente la modificación a la enseñanza primaria emprendida en julio de 1916, que dio lugar; según informó el propio Diéguez en 1919, a que en Jalisco se llegara a casi novecientas escuelas, lo que constituyó un aumento sin precedentes en 65% sobre las que había en 1914. De igual modo, recibieron especial impulso las escuelas de Medicina, Derecho, Artes y Oficios, Comercial e Industrial para Señoritas, y se dispuso la creación de la Escuela Dental de Jalisco, que abrió sus puertas en el mismo año de 1919.
El furor por la organización de los diferentes gremios de obreros había culminado en junio de 1915 con el establecimiento en Guadalajara de la Casa del Obrero Mundial, encabezada en un principio por Esteban Loera. Los primeros obreros afiliados en Jalisco fueron los de la empresa telefónica, las empresas textiles de Atemajac y La Experiencia, y la fábrica de papel de El Batán, entre otras.
Al principio Diéguez no vio con malos ojos tales actividades sindicales, pero cambió de actitud al finalizar el año cuando las huelgas se declararon por doquier. Así, el 21 de enero de 1916, el gobierno intervino en la suspensión de la Compañía Eléctrica de Chapala, obligando a los trabajadores a volver a su trabajo y encarcelando a sus líderes.
La Ley Agraria que promulgó Carranza en Veracruz, el 6 de enero de 1915, fue
adoptada en Jalisco en marzo del mismo año; pero resultó poco convincente e,
incluso, causó algunos problemas por la invasión de tierras. Diéguez pidió entonces
al Congreso Constituyente que se elevara a rango constitucional la dotación
de tierras a campesinos pobres que carecieran de ellas. Así quedó consagrado
en la Carta de 1917.