5. Tres ríos: una planicie

5. Tres ríos: una planicie


El río Acaponeta, el San Pedro y el río Grande de Santiago son los padres de las llanuras más amplias y más fértiles de Nayarit. Esos ríos recogen muchas aguas de la sierra, de la cual bajan rápidamente, arrastrando tierra buena. Al llegar a la planicie que está al nivel del mar pierden fuerza y velocidad, se dilatan, se ensanchan enormemente y se tuercen mil veces para buscar cómo llegar al mar a través del laberinto de lagunas y esteros. Por eso mismo no pueden cargar más con tanta tierra y depositan el rico aluvión que conforma la riqueza de la cuenca de Acaponeta, Tecuala, Rosamorada, Tuxpan y Santiago Ixcuintla. Tres mil quinientos kilómetros cuadrados dedicados a labores agrícolas ofrecen trabajo a una población densa y activa. La fertilidad del limo, así como la presencia permanente y abundante de agua permiten además la existencia de grandes bosques de maderas y magníficos pastos que alimentan un ganado numeroso.

Lleno de lujuriante verdura el valle se ve, en temporada de inundaciones, como una gran laguna. Hacia el este se divisa la sierra, y hacia el oeste el mar, unido a los ríos, arroyos, lagos y marismas. Las fuertes avenidas de los ríos causan serios destrozos en los pueblos y ciudades. La temperatura tiene un promedio anual de 27 grados, pero alcanza 40 de mayo a julio.

Se levantan buenas cosechas de maíz, frijol, sorgo y tabaco. Se cultiva además chile, jitomate, melón, sandía, cacahuate, cártamo, pepino, arroz, ajonjolí y jícama. Hay muchos árboles de manaco, tamarindo, coco de agua, plátano, limón, papaya, aguacate, guanábana. Se siembra café.

En el municipio de Rosamorada se localiza la laguna de Agua Brava, la más importante de Nayarit por su producción camaronera. Es el criadero de la región, que por su extensión y condiciones favorables al desarrollo de las larvas del camarón, necesita esa mezcla de agua dulce y salada.

El tabaco se cultiva especialmente en Santiago, Tuxpan, Rosamorada, Tecuala y Acaponeta (y también por San Blas y Compostela), donde encuentra tierras ricas en potasa, cal y humus, así como la humedad y el calor indispensable.

Esa espléndida planicie se topa al oriente con los primeros contrafuertes de la sierra: sierras de Ixcatán y de Teponahuaxtla, de donde baja el río San Pedro, y la de Acatán, todos entre 200 y 800 m de altitud.


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