Lo mismo se puede decir del uso de los bosques, o sea de la silvicultura. De 1951 a 1971 la explotación de los bosques fue casi nula por un decreto que prohibió talar en los municipios de la sierra (Huajicori, Acaponeta, Nayar, Santa María del Oro y la Yesca). Desde 1971 el gobierno ha dado permisos a los ejidos y a los particulares y ha creado un organismo propio: Aprovechamientos Forestales de Nayarit (Aprofon), además de cortar e industrializar la madera, debe conservar los bosques, reforestar después de la tala, construir caminos y proteger los suelos contra la erosión.
Por desgracia, la sierra se ha convertido, además, en emporio del cultivo de drogas y en coto del narcotráfico.