Entre 1989 y 1993 se realizó el ambicioso proyecto, previsto desde hace mucho, en la cuenca del río Santiago, en los municipios de el Nayar y de Tepic. Esa obra hidroeléctrica se encuentra aguas abajo de la confluencia de los ríos Santiago y Huaynamota. Pretende generar energía, regular las aguas de un río violento y alimentar el riego de una fértil región. Por su magnitud el proyecto necesitó muchos esfuerzos y hasta recursos adicionales del Banco Mundial y de varias compañías extranjeras. Fue necesario cavar túneles para desviar el cauce del río en tanto se construía la cortina de contención. La cortina de Aguamilpa es la más alta del mundo en cuanto al tipo de enrocamiento con cara de concreto. Mide 187 m de altura y 660 m de longitud. Hubo que tomar en cuenta la actividad sísmica de la zona y las tremendas avenidas de agua, que pueden alcanzar 5 300 m<3>/segundo (agosto de 1990) y hasta 10 800 m3/s (el 18 de enero de 1992, cifra sin precedente en los registros históricos).
Aguamilpa no sólo permite una importante generación de energía eléctrica, sino que además es un instrumento valioso para regular las avenidas y evitar así la inundación de los pueblos ubicados río abajo de la presa.
En relación con las otras hidroeléctricas del sistema nacional, Aguamilpa ocupa el cuarto lugar después de Chicoasén, Malpaso y el Infiernillo, y producirá al año más del 10% de lo que producían todas las hidroeléctricas existentes.