Los cronistas que acompañaron a los conquistadores españoles y los religiosos que vinieron a predicar la religión católica entre los indígenas fueron acuciosos observadores del mundo que conocieron, y escribieron numerosas relaciones de sus experiencias entre los indios. Estos documentos son de gran importancia porque contienen el testimonio de quienes vieron a los indígenas en el primer momento del contacto con los españoles, o bien, de quienes los trataron poco después de la guerra de conquista. Es cierto que los testimonios están teñidos de los prejuicios de los europeos hacia los indios, pero es la única información disponible, así que a partir de ella reconstruimos cómo fueron aquellas personas que sufrieron el embate de los conquistadores.
Los informantes europeos distinguieron y clasificaron a los grupos indígenas
e incluso les pusieron nombre con base en los rasgos culturales que observaron,
y fue el idioma uno de los principales criterios de diferenciación. El mapa
II.1 muestra los principales grupos indígenas del territorio de Sinaloa y su
distribución aproximada hacia el año de 1530, cuando los españoles llegaron
del noroeste.