De los 58 000 kmē de superficie que tiene el estado de Sinaloa, la mitad corresponde a las tierras bajas, es decir, aquellas cuya altitud sobre el nivel del mar es menor de 150 m. Ésta es la extensa planicie costera situada entre la sierra y el mar como se observa en el mapa I.1, donde hoy la vida de los sinaloenses se desarrolla de manera más intensa. En esta planicie están las tierras de riego, donde la conjunción de los buenos suelos y el agua hábilmente distribuida facilita la expansión de la agricultura mecanizada con altos rendimientos, que produce alimentos y materias primas para la agroindustria nacional. A los ojos de cualquier viajero que recorra la planice de Sinaloa, es evidente que donde el agua se distribuye surgen los inmensos campos cultivados que caracterizan el paisaje del estado.
La Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos del gobierno federal administra los cuatro distritos de riego que actualmente están establecidos en Sinaloa: el distrito de Culiacán, que aprovecha las aguas de los ríos Culiacán y San Lorenzo; el distrito de Mocorito, que distribuye al agua del río del mismo nombre; el distrito de Guasave que aprovecha las aguas del Río Sinaloa, y el distrito del Valle del Fuerte, con cabecera en Los Mochis y bañado por el Río Fuerte. Las tierras irrigadas de Sinaloa alcanzan la suma de 750 000 hectáreas que pronto aumentarán debido a las nuevas obras de infraestructura hidráulica que se construyen en la parte sur del estado.
En la planicie costera se encuentra la mayor parte de la población sinaloense; aquí están las principales ciudades, las carreteras, los ferrocarriles y los centros del comercio. Pero aunque hoy la planicie es la región con mayor significación económica, esto no siempre ha sido así. En esta historia veremos cómo y de qué actividades productivas han vivido en cada época los sinaloenses.