La agricultura


En buena medida, entre 1877 y 1909, la agricultura del estado conservó las características que tuvo a lo largo del siglo XIX esto es, producción para el consumo directo de los sinaloenses, tecnología tradicional y actividad reservada a los rancheros, pequeños hacendados y campesinos; se producían los alimentos que consumían los sinaloenses, como el maíz, el frijol, el trigo, las hortalizas y las frutas, y hubo también cultivos para la industria local, como el tabaco, el algodón, el mezcal y la caña de azúcar. Pero a fines del siglo XIX, junto con esta forma tradicional de explotar el campo, se inició la agricultura en gran escala y organizada por medio de empresas, al modo capitalista, tal como existe hoy en nuestro estado. Varios factores concurrieron a este cambio. Por una parte, las leyes porfirianas alentaron la formación de extensas propiedades a expensas de las tierras desamortizadas, que antes eran de las comunidades indígenas, y también por la roturación de tierras antes no cultivadas. Hubo un flujo de capitales extranjeros, estadunidenses en particular, que se invirtieron en empresas agrícolas y agroindustriales. De manera simultánea se importó tecnología para sistemas de riego, para el cultivo mismo y para la industria azucarera. En las tierras de los valles del norte del estado empezó esta transformación, en los valles de los ríos Fuerte y Culiacán, donde grandes extensiones de tierra permanecían sin cultivo por falta de tecnología para irrigarlas. La agroindustria azucarera surgió principalmente en Los Mochis, Navolato y Eldorado, impulsada por la tecnología y el capital estadunidenses. Estas empresas eran industriales y agrícolas porque ellas mismas producían la caña que se procesaba en sus ingenios. A diferencia de los hacendados locales, los empresarios ya no usaban, de manera predominante, ni la aparcería ni el peonaje para pactar con sus trabajadores, sino que procuraban contratarlos por un salario pagado en moneda. Estos empresarios también crearon extensas redes de distribución para sus productos dentro de Sinaloa, en otros estados de la República y en el extranjero. Otros cultivos seguirían por este mismo camino, como el tomate y el garbanzo, producidos para grandes mercados más que para el consumo local.


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