Porfirio del Castillo, con su libro Puebla y Tlaxcala en los días de la Revolución. Apuntes para la historia, México, Zavala, 1953, y Ezequiel M. Gracia con Los tlaxcaltecas en la etapa revolucionaria (1910-1917), Tlaxcala, s. e., 1961, ofrecen interesantes testimonios de contemporáneos que militaron en las filas carrancistas y arenistas. La obra más destacada de Crisanto Cuéllar Abaroa es La Revolución en el estado de Tlaxcala, México, INEHRM, 1975, 2 tomos. Es un libro muy útil porque contiene muchos documentos centrales para comprender el proceso revolucionario; sin embargo, no contiene un análisis ni una descripción global del proceso revolucionario en la entidad.
Una obra fundamental acerca de este periodo es El movimiento revolucionario en Tlaxcala, de Raymond Buve, publicado por la UIA y UAT en 1994; contiene 16 artículos, una amplia bibliografía y una útil información respecto a fuentes documentales.
El primer jefe revolucionario en Tlaxcala, Juan Cuamatzi, fue objeto de varios estudios; los más importantes son de Candelario Reyes, Biografía de Juan Cuamatzi, Tlaxcala, Tlahuicole, 1961, y el de Crisato Cuéllar Abaroa, Juan Cuamatzi. Indio tlaxcalteca y precursor de la Revolución Mexicana (apuntes para la historia), Tlaxcala, Talleres Tipográficos de Efrén Suárez, 1935. Domingo Arenas, el mayor héroe revolucionario para los tlaxcaltecas, figura en varios trabajos, entre ellos el de Crisanto Cuéllar, Domingo Arenas, caudillo agrarista, Tlaxcala, Difusión Cultural del Estado, 1961. Miguel N. Lira recopiló el Corrido de Domingo Arenas, México, Fábula, 1935.
Las estrategias de los hacendados frente a la Revolución quedan analizadas en Ricardo Rendón Garcini, "La revolución armada vista por el administrador de dos haciendas tlaxcaltecas (1910-1921)", en Anuario de Humanidades, VII, Universidad Iberoamericana, México, 1984, pp. 183-211. También en Juan Felipe Leal y Margarita Menegus Bornemann, "Las haciendas de Mazaquiahuac y El Rosario en los albores de la revolución agraria (1910-1914)", en Historia Mexicana, 122, pp. 233-276, y de ellos mismos "inflación y revolución: el caso de las haciendas de Mazaquiahuac y El Rosario", en Revista Mexicana de Ciencias Políticas y sociales, 122, pp. 57-80. El muy cuestionado papel de los peones lo trata Herbert Nickel, "Los trabajadores agrícolas en la Revolución mexicana: algunas hipótesis y datos sobre su participación y la no participación en los Altos de Puebla-Tlaxcala", en Friedrich Katz (comp.), Revuelta, rebelión y revolución, México, Ediciones Era, 1990, pp. 54-88.
Mario Ramírez Rancaño, El sistema de haciendas en Tlaxcala, México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1990, aborda también la situación rural de la entidad.
Respecto al importante papel de los maestros metodistas en la Revolución véase a Jean Pierre Bastian, Metodismo y rebelión en Tlaxcala, 1874-1920, El Colegio de México, 1984.
Sobre los años veinte y treinta véase a Mario Ramírez Rancaño, "El socialismo en Tlaxcala 1926-1933", en Secuencia, 5, p. 62, y Diana R. Juanicó, "Partidos, facciones y elecciones: Tlaxcala en 1924", en Historia y sociedad en Tlaxcala, Tlaxcala, ITC, UAT y UIA, 1990, pp. 119-126.
Rosa Filatti y otros, Bosquejo geográfico-económico del estado de Tlaxcala, México, Secretaría de Economía Nacional, 1935, da un buen panorama respecto a la situación económica de la entidad al inicio del sexenio cardenista.