La inversión pública


La capacidad de dar respuesta a las exigencias del crecimiento económico en la región ha dependido del monto de los recursos públicos destinados a la inversión en obras de infraestructura que alientan el desarrollo de las actividades económicas.

Cuando Leobardo Reynoso asumió la gubernatura, en septiembre de 1944, el estado carecía de recursos. Ante la urgencia de aliviar la agobiante situación económica, decidió elevar los ingresos tributarios, aprovechar sus buenas relaciones con el gobierno federal para obtener un aumento en las aportaciones federales y recurrir a su habilidad persuasiva para obtener los apoyos privados que le permitieran echar a andar sus proyectos.

Desde el inicio de su mandato, Reynoso, orientó la actividad del gobierno del estado hacia la creación de la infraestructura básica que permitiera acelerar el crecimiento económico y corregir los rezagos que padecía la población zacatecana en materia de bienestar social. Durante su periodo sexenal emprendió y concluyó la construcción de dos presas de gran capacidad: la Leobardo Reynoso (o Trujillo) y la Presa Miguel Alemán (o Excamé).

Además de estas grandes obras de irrigación destinadas a poner bajo riego superficies relativamente extensas, se intensificó el programa de pequeña irrigación y la perforación de numerosos pozos en todo el territorio; se construyeron caminos; se edificaron y repararon escuelas, tarea para la cual el gobierno estatal logró el apoyo de empresas públicas, de organizaciones civiles y de los habitantes de las poblaciones beneficiadas. El alto índice de defunciones por enfermedades gastrointestinales hizo que el gobierno iniciara las obras para la introducción de agua potable y la construcción de drenaje, aspectos en los que casi nada se había hecho en el pasado.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos realizados, el impacto de las obras de infraestructura en el crecimiento económico y el bienestar social fue, al final del sexenio reynosista, menos importante de lo que se esperaba. El proyecto de infraestructura puesto en marcha por el gobernador Reynoso era a largo plazo, y se requería la continuación de las obras emprendidas. Su sucesor, el gobernador José Minero Roque, estableció sin embargo otra jerarquización.

A su juicio, la introducción de la electricidad requería atención principal, para lo que creó la Junta Estatal de Electrificación, que elaboró los proyectos para atender las necesidades del servicio público y el consumo doméstico, ampliar las zonas de riego y estimular la instalación de industrias en la entidad.

Al igual que en el sexenio anterior, un buen número de las obras a cargo del gobierno estatal se realizaron en el centro y el sur del estado. Una excepción importante fue la construcción de caminos para unir a Zacatecas con los municipios agrícolas del norte del estado y con el municipio minero de Concepción del Oro.

El año de 1957 fue particularmente difícil. La economía zacatecana se vio afectada por la sequía, además de la baja de los precios internacionales del plomo, zinc y cobre. La crisis sólo pudo paliarse por la puesta en marcha de un plan de emergencia del gobierno federal que se tradujo en la construcción de obras públicas por un monto sin precedente en la historia de la entidad.

La administración del gobernador Rodríguez Elías dio nuevo apoyo al abastecimiento de agua para todos los usos en las zonas urbanas y rurales. Durante su sexenio (1962-1968), el gobierno zacatecano dio preferencia a la terminación de las presas iniciadas en periodos anteriores y a la construcción de pequeños almacenamientos que beneficiaran a un mayor número de municipios.

En los años ochenta, cuando la crisis financiera paralizó la inversión pública federal, la participación de las comunidades beneficiadas en el financiamiento de las obras públicas previstas por el Convenio Único de Desarrollo, firmado con el gobierno federal, fue un primer intento institucional por canalizar una parte de los recursos enviados por los trabajadores zacatecanos residentes en los Estados Unidos a la construcción de obras de infraestructura de interés común. La búsqueda de recursos que apoyaran el desarrollo de la entidad condujo a una nueva fuente de inversión: las organizaciones de zacatecanos en los Estados Unidos, que mostraron su interés por aportar recursos para el desarrollo económico y social de la entidad. Con el acercamiento a la comunidad residente en Los Ángeles, el gobernador Borrego Estrada aprovechó un rasgo característico de los zacatecanos: su apego e interés por mantener vivas sus ligas con la tierra natal. El ahorro de los inmigrantes —y de sus descendientes—comenzó a llegar para apoyar la construcción de obras de beneficio social (caminos, escuelas, introducción de agua potable y alcantarillado) en sus comunidades de origen.


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