José María García Rojas, originario de Aguascalientes, fue el primer gobernador constitucional de Zacatecas (1825-1828). Con el Poder Legislativo logró mantener una relación conciliatoria; sin embargo, el Congreso imperó en la vida política local, incluso sobre el Poder judicial, que era el más endeble por su incipiente organización y escasez de individuos aptos para administrar la justicia.
Esta supremacía del Poder Legislativo estaba fundamentada en los preceptos constitucionales, por lo que el supuesto equilibrio que debía existir con el Ejecutivo y el Judicial era prácticamente inalcanzable. En ocasiones esta situación llegó a entorpecer la marcha de la administración pública; pero haciendo un balance, la actuación de la legislatura fue más positiva que negativa. Entre otras atribuciones, tenía la clave para articular las subregiones del estado y configurar progresivamente el territorio estatal y, a la vez, enlazarlo al conjunto de la nación, gracias a que en ella confluían los intereses de todos los partidos de la entidad a través de sus representantes.
Las relaciones entre los ayuntamientos y la legislatura no siempre fueron buenas; con el de la capital eran particularmente tensas porque había sido desplazado como la principal institución política de la provincia y, al igual que los otros, sintió afectada su autonomía ante las nuevas atribuciones del Congreso, sobre todo en el manejo de recursos, la elaboración de ordenanzas municipales y los procedimientos electorales.
En la difícil búsqueda del equilibrio, la cuestión hacendaria fue decisiva en el vínculo entre el estado y el gobierno nacional. Rasgo esencial del proyecto federalista era conservar dentro de los estados la riqueza generada en su territorio; por ello, los asuntos fiscales fueron ampliamente discutidos en la legislatura. El pacto federal era impensable sin el ejercicio de la soberanía fiscal de los estados pero también lo era sin el pago del contingente, contribución destinada a cubrir los gastos generales de la nación y que representaba la supremacía de los poderes federales. El contingente contribuía a asegurar la unión de la Federación, y Zacatecas cumplió puntualmente con esta obligación. No obstante, el problema central fue la disputa continua al determinar cuáles impuestos pertenecían al estado y cuáles a la Federación.