La historia zacatecana de 1824 a 1832 se caracterizó por el alto grado de estabilidad política interna y por una economía en prosperidad creciente. El grupo gobernante contribuyó a perfilar un proyecto de nación basado en una noción del federalismo que armonizaba los intereses regionales y nacionales, y en un liberalismo que no excluyó la participación del Estado para regular las relaciones económicas. Las condiciones económicas y sociales de la región propiciaron el surgimiento de un grupo federalista fuerte con proyección nacional; parte de la reducida élite local había logrado sortear los estragos de la guerra de Independencia y aprovechó la desintegración que causó para fortalecer su autonomía. Este mismo grupo, que controlaba la producción y la circulación de mercancías y simultáneamente los cargos públicos, alcanzó altos niveles de crecimiento económico gracias a una singular combinación de recursos públicos y privados.